En pleno Black Friday, la crisis del pequeño comercio asoma con cada vez más fuerza. Y la crisis de los pequeños establecimientos se ceba, cada vez más, con la hostelerías. Los bares van a menos de forma progresiva, con una caída continua desde el inicio de la crisis allá por 2009. Una década después sigue notándose el bajón. Los cambios en los horarios del fútbol han sido el último obstáculo para un sector que tira de la economía ourensana.
"Ya no está tan boyante como estaba antes, aunque con excepciones, hay zonas que siguen con mucho tirón, pero el consumidor no gasta como antes, eso es una obviedad. La ciudad da lo que da, hay negocios que se montan con mucha euforia, pero esto da de sí lo que da de sí. Los proveedores de productor como café o leche te dicen que se vende menos que hace años", apunta el presidente de la Federación Provincial de Hostelerí, Ovidio Fernández Ojea.
Hasta cierran bares
"Hay hasta bares que se están cerrando dejando locales vacíos", señalaba con sorpresa Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias. Y es que donde antes no se ponía el cartel de cierre, ahora empieza a ser una constante. El goteo es incesante en un sector que clama por el aumento de los precios para uno de los principales servicios que ofertan a los clientes: la retransmisión de eventos deportivos. Entre 320 y 500 euros tienen que pagar al mes por estos servicios, después del incremento de más de 100 euros que aplicaron las compañías hace dos años.
En los últimos ocho años, la provincia ha perdido 141 establecimientos bares, según se recoge en el Anuario de 2018 de la Federación Española de Hostelería. Es una caída del 5,6% respecto a la cifra que se daba en 2010. Pese al continuo descenso, que enciende las alarmas en el sector, no es algo achacable en exclusiva a Ourense, ya que el descenso en este periodo en el resto de provincias gallegas ha sido incluso mayor. Hay 2.399 establecimientos de este tipo en la provincia, frente a los 2.540 que había en 2010.
Desde la federación indican que el bajó de la hostelería se da en el subsector de la restauración "donde se ha recortado el censo tanto de los restaurantes, como, de forma más acentuada, de los bares". Las grandes cadenas de restauración y la falta de relevo generacional en los pequeños negocios pasa factura a la hostelería, que resiste en el centro, pero va mermando en los barrios y el rural.
"Los costes suben y la situación económica no es fácil!, apunta Ojea, que resalta que la competencia es mucho mayor. "Hay saturación de negocios, hay cosas que antes no había, aquí eso se nota, principalmente, en la ciudad", añade.
Siguen en cabeza
Ourense sigue siendo de las provincias con más bares por habitante. Es la cuarta , con 4 por cada 1.000 personas. Solo están por delante León, Salamanca y Zamora, curiosamente, dos de ellas, limítrofes con la provincia. "La población dispersa y en pequeños núcleos genera una estructura de bares más generosa", precisan desde la Federación Española de Hostelería.
Necesaria reconversión, con digitalización por bandera
El sector apunta a la necesaria reconversión en los negocios hosteleros para poder dar el callo y aprovechar las nuevas tendencias de consumo también en los bares. "Quizas hay que apuntar a la reconversión. Hay muchos negocios que se traspasan o se alquilan, los gastos aumentan y la subida de precios no es la solución, pues afecta a la competitividad", explica Fernández Ojea. En este punto, el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, recomienda la apuesta por la "digitalización". Apenas un 14% de negocios hosteleros carece de herramientas digitales en España, una cifra que se duplica en la provincia. Sin embargo, dice Gallego, "está siendo un proceso rápido" y puede ser la salvación de muchos de los bares que hoy en día ya no ven en el fútbol o las loterías un complemente perfecto para los negocios. En este sentido, el aterrizaje de plataformas como Uber Eats en Ourense este año, a la que se han unido ya más de dos decenas de pequeños bares, unido a otras plataformas, está permitiendo a muchos buscar una salida con el servicio a domicilios.
Nuevas esperanzas
Con estas plataformas, puede abrirse un halo de esperanza en los establecimientos que, por una parte, han visto caer de forma constante el gasto en loterías –del que muchos bares sacaban provecho–mientras viven el auge de las apuestas, que no dejan más que pequeñas "propinas" a los establecimientos, del 1% de recaudación.
