El mes cultural de Seixalbo, una milagrosa luz en el apagón local

La pequeña y medieval parroquia de Seixalbo se está convirtiendo en el epicentro cultural de Ourense, dada la sequía de eventos organizados por el Concello. La responsable de proyectar esta milagrosa luz en el apagón local actual es la Asociación Veciñal San Breixo, de la que forman parte casi todas las familias de esta pedanía, que no llega al millar de habitantes. Desde 1987, los vecinos organizan y participan en la semana cultural de Seixalbo, que, en esta 35ª edición y desde hace cinco años, se ha convertido en el mes cultural: más de una treintena de actividades, en su mayoría gratuitas, que se pondrán en marcha desde mañana y hasta el próximo nueve de octubre, con un presupuesto que ronda los 6.000 euros. El teatro es el protagonista indiscutible del mes con tres obras en escena y cuatro visitas teatralizadas. “Siempre representamos en un pequeño auditorio que tenemos al aire libre una obra de teatro escrita, dirigida y representada por los vecinos que logra más de cuatrocientos espectadores y que es un referente. La de este año es “A peculiar familia Adams”. Además de “A Corredoira”, de Prado Lameiro e interpretada por un grupo vinculado a la Coral de Ruada, y “Bajo el mismo sol”, bajo la coordinación de la Fundación Juan Soñador”, explica Xosé Carballido, presidente de la asociación. Las visitas teatralizadas se centran en lugares de interés histórico, como la Praza do Cabildo, la iglesia o el Hospital de peregrinos. Una villa musical San Breixo es una de las primeras asociaciones de vecinos de Ourense. “Se fundó en 1979 a raíz de la nueva Ley de asociaciones tras la dictadura. Antes, había alcaldes pedáneos o de barrio que nombraba el alcalde la ciudad, pero los vecinos querían que ese alcalde fuese elegido democráticamente por el barrio y, como no fue posible, se creó la asociación de vecinos”, afirma Carballido. Seixalbo es una villa musical y cuenta con dos corales, integradas en la Asociación cultural Agromadas, que ofrecerán el concierto de clausura. El próximo sábado se celebra “Sons e rúa”, actividades de pintura, grafiti, cuentacuentos y dj, y ya el domingo se inaugura una exposición de pintura de Arturo Paredes, autor con raíces en Seixalbo. “Tenemos una programación especial para niños, como la fiesta de la espuma, hinchables, juegos tradicionales, la búsqueda del tesoro y una visita al Parque de Bombeiros”, señala. Y para los más mayores se ha organizado una tertulia con chocolate con churros y sesión fotográfica de grupo al final. La gastronomía es otra de las protagonistas. Desde la cena de convivencia con una muestra de repostería familiar y noche de tangos, hasta la sesión vermú con pulpeira in situ que surgió en plena pandemia manteniendo las distancias y, dado a su éxito, vuelven a repetirla. “Tiene un valor sociológico; es para hacer tribu”, dice Carballido Los talleres de batucada, yoga, pilates y baloncesto, solo duran un día para que los vecinos conozcan la actividad y puedan inscribirse en los cursos anuales. Y entre las conferencias, destacan las dedicadas a la energía eléctrica comunitaria, y a las abejas y velutinas, contenidos que tenían mucha demanda, según Carballido. También se ofrece un viaje cultural a Sistelo, el Tíbet portugués, y una andaina solidaria para todos los públicos por los alrededores de Seixalbo, que cuesta cinco euros, para comprar comida y donarla al Banco de Alimentos de Ourense. Además, hay una convivencia intercultural con unos sesenta inmigrantes extranjeros que se organiza desde hace ocho años en colaboración con la Fundación Juan Soñador, que forma a personas llegadas de una veintena de países. “Compartimos un día con ellos y les enseñamos nuestro pueblo. Son vivencias emocionantes, que no se pueden describir”, confiesa Carballido, que asegura que las actividades están abiertas a todo el público que quiera acercarse a la pequeña, medieval y milagrosa Seixalbo.