Huye del maltrato, pero no le alquilan piso en Ourense: "Al ser latina, dicen que soy fiestera"

Cinco meses es lo que lleva María -nombre ficticio- asentada en una casa de acogida en la ciudad. Como víctima de la violencia de género, se vio obligada a dejar su ciudad para huir de su agresor y su nuevo destino fue Ourense. Sola, sin conocidos ni familiares, busca comenzar una nueva vida y poder valerse por sí misma, algo que se le complica desde hace dos meses en la búsqueda de vivienda. "Quiero rehacer mi vida, creando mi propio hogar desde cero, sabiendo que ya superé mi pasado", cuenta. Ahora mismo dispone de una ayuda de la Xunta por ser víctima de violencia de género, más otra de 450 euros que le permitiría pagar un alquiler hasta 2021, cuando bajará a 250. Pese a tener el respaldo de esas subvenciones, tanto inmobiliarias como propietarios rechazan su solicitud. "He hablado con todos y he visto pisos, pero en todos me ponen algún problema", relata. Uno de ellos es su país de origen, ya que es latinoamericana, por lo que se ha topado con situaciones de discriminación racial: "Me dicen que somos una gente muy fiestera y me rechazan por ello. Yo les digo que no me encuentro en una situación como para ponerme a hacer esas cosas", afirma. "Como soy latina me dicen que somos gente muy fiestera y me rechazan por esa razón", cuenta María Estos prejuicios son unos de los obstáculos que trata de saltar, pero luego llegan otros, como la falta de un empleo. "Algunas inmobiliarias me rechazan de entrada porque no tengo nómina, aunque les muestre el respaldo de la Xunta con su apoyo para el pago del alquiler", narra. Todas estas circunstancias la alejan de su meta, que es la de ganar su propia independencia e iniciar esa nueva vida que desea. Posible estafa La situación que atraviesa la deja en una posición más vulnerable frente a las "malas intenciones" de algunas personas. Por ello cree que pudo llegar a ser víctima de una posible estafa. "En una inmobiliaria, un trabajador me pidió que le entregase a él dos meses de fianza por adelantado", comenta. En este caso ella se negó a dar el dinero directamente hasta tener el número de cuenta del propietario y el contrato firmado, aunque le siguió insistiendo con que él "me lo guardaba". Hablándolo con una compañera en la casa de acogida, esta le afirmó que ella había sido víctima de una estafa "de esa manera". Todo se "complica" para esta mujer que siendo víctima de la violencia de género, continúa sufriendo las consecuencias de ello. A nivel psicológico considera que lo ha "superado" y la prueba que necesita para creérselo es el de comenzar a crear su nuevo hogar: "Quiero retomar mi vida y ya he decidido que lo haré aquí en Ourense", cuenta. Por ello pide "una oportunidad" que le permita establecerse y empezar a crear su propio hogar. Encontrar una vivienda será el primer paso para lograrlo. La administración, mientras, continuará ahí para darle apoyo.