Siete meses de retenciones en la N-120

Esta obra va camino de convertirse en el cuento de nunca acabar cuando los conductores tenemos que soportar todos los días retenciones". Estas son palabras de Jorge José Fernández (39 años), un transportista de O Courel (Lugo), que a diario tiene que soportar las retenciones en la carretera N-120 (Vigo-Logroño), entre los municipios de Ourense y Pereiro de Aguiar, a causa de los trabajos de reparación de un desprendimiento de tierra y piedras registrado el pasado 7 de noviembre. El derrumbe obligó a cortar entonces el vial, dado que las piedras y tierra ocupaban toda la calzada. El Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana habilitó rutas alternativas por Coles y Vilamarín, además de Nogueira de Ramuín, mientras elaboraba el proyecto para retirar los escombros de la calzada y consolidar la ladera para evitar nuevos desprendimientos. Un semáforo portátil regula la circulación por el único carril que hay abierto. Las retenciones se registran a diario Estos trabajos comenzaron a finales del pasado mes de noviembre, pero cortando un carril, el de sentido Monforte, dando pasó a los conductores, de forma alternativa, por el otro. "Hay días en que no hay mucha retención, pero a medida que se acerca el fin de semana se forman largas caravanas", lamentaba Jorge José Fernández. La empresa instaló un semáforo portátil para dar paso a los conductores. Varias señales viarias advierten de los trabajos, que afectan a un tramo de más de 300 metros. Inés Rivera esperaba el pasado lunes a que se abriera el semáforo para continuar su desplazamiento hacia Ourense. Hago este recorrido tres veces a la semana y la verdad es que ya me acostumbre a parar al llega a esta zona. Creo que ya es hora de que finalicen las obras porque esta carretera es una de las de más tránsito de vehículos", asegura. La carretera N-120 es el principal enlace con la provincia de Lugo y la comarca ourensana de Valdeorras. En el Ministerio de Transportes son conscientes de la alta intensidad circulatoria y los técnicos trabajan con la previsión de que el carril cortado sea reabierto a la circulación antes del inicio del verano. Argumentan que se trata de obra importante en la que se primó la seguridad de los conductores dado el riesgo de que se registraran nuevos desprendimientos. Valla metálica La adjudicataria de los trabajos removió buena parte de la ladera con el objetivo de retirar las piedras que no estaban seguras. Los trabajadores extienden estos días cientos de metros de red metálica que fijan con grandes hierros al terreno, previamente sellado con cemento. También construyeron un muro de piedra a lo largo de la cuneta, entre otras medidas de seguridad para impedir que los desprendimiento de tierra, en caso de registrarse, lleguen hasta la calzada. Proyecto de mejora Los trabajos se enmarcan dentro de un proyecto de mejora de la carretera N-120, que también afectó a la consolidación de otro tramo de una ladera a la altura del río Loña. En esta zona también solían registrarse caídas de tierra y piedras, según explicaron en el Ministerio de Transportes y Movilidad. En este caso, los trabajos ya finalizaron a principios del pasado mes de febrero.