La primera selección de fotografías que Álvaro Rodríguez, "Purre", (A Rúa, 1967) hizo para presentarse al premio Autopista del Atlántico no contenía la ganadora. "Después volví a repasarlas todas, la retoqué un poco y decidí presentarla", explica.
La instantánea, "Cruzando la ría", le valió 1.500 euros como mejor imagen aficionada y la participación en una exposición colectiva en La Nacional Spanish Benevolent Society of NYC, en Manhattan (Nueva York) en septiembre. La imagen fue tomada durante una excursión en barco a la isla de San Simón, el año pasado, con una cámara "muy básica": "Al final no importa tanto la máquina, sino del ojo, de que lo haces le guste al jurado, de que coincida bien...".
En los últimos meses, la suerte le sonrió en varios concursos de fotografía y todavía espera la resolución del Rosa Pons de Parada de Sil. Su modus operandi es sencillo: "Me voy de paseo y me llevo la cámara conmigo. Como vivo cerca de Samil siempre que puedo voy a buscar puestas de sol chulas". Entre sus temas favoritos, los paisajes –"lo más accesible para mí"–, la fotografía nocturna o los retratos. "Me gusta probar cosas distintas, raras, y me gustaría ganar más experiencia con los retratos", señala.
Su gusto por la imagen viene de "siempre" y reconoce que su cámara va con él a todos lados, sobre todo desde el cambio a digital. Por el momento, no se plantea dejar su trabajo por la fotografía, pero sí "dar el salto": "Me gustaría hacer fotografías de bodas o de eventos, más tipo freelance".
