Cinco años después de afrontar el episodio más grave de la crisis económica que puso patas arriba el planeta desde 2008, Ourense muestra un comportamiento positivo en sus indicadores económicos, enfilando la recuperación. Así lo demuestra, por ejemplo, la positiva evolución de los hogares en los que, al menos, hay una persona que cobra un salario. Esto sucedía al cierre de 2018, últimos datos que maneja el Instituto Galego de Estatística (IGE) en prácticamente la mitad de los hogares que tiene la provincia (un 49,44%), cifra que no se alcanzaba desde 2013, cuando el porcentaje se situaba en el 49,4% después de bajar del 50,69% del año anterior.
La mejoría en el mercado laboral ourensano permite así que más hogares dejen de depender en exclusiva de las prestaciones públicas para subsistir, lo que redunda en un mejor sostenimiento del sistema, al reducirse el desempleo y aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social que hagan más sostenible el sistema de pensiones.
Las comarcas de las ciudades atlánticas, salvo ferrol, presentan un mejor comportamiento que la de Ourense
Con todo, la delicada situación demográfica que atraviesa Ourense deja a la provincia como la gallega en la que hay menos hogares con al menos una persona asalariada viviendo. En el conjunto de la Comunidad, el peso sobre el total supera el 58%, sin haber bajado nunca del 54% en la crisis.
En la comparación con la otra provincia de interior, Lugo muestra un mejor comportamiento, dado que al cierre de 2018 más de un 53,4% de los hogares se nutrían de algún salario para vivir. En A Coruña el registro sube hasta el 59,01%, mientras que es en Pontevedra donde se anota la cifra más alta, un 61,63%.
El área de la ciudad empuja
Las diferencias en la provincia son palpables, con claramente un motor que es la ciudad y su área de influencia, donde cerca del 58% de los hogares se nutren con al menos un sueldo, con un comportamiento destacable en el área denominada Ourense central, que abarca las comarcas de Allariz-Maceda, Terras de Caldelas, Terras de Trives y Valdeorras y que también tiene más de la mitad de sus hogares por encima del 50%, una notable mejoría respecto a los registros del 31 de diciembre de 2017, cuando el porcentaje apenas alcanzaba el 42,88%.
Por su parte, pese a que está muy por debajo de la media gallega y ourensana, el sur de la provinca (que concentra algunas de las comarcas más envejecidas como A Baixa Limia, Celanova o Viana, además de A Limia y Verín) aumenta el porcentaje de hogares asalariados, situándose en el 39,4%, lo que supone también ser el área con peores registros de Galicia.
La nota negativa en la evolución económica se da también en las comarcas de O Carballiño y O Ribeiro, que baja del 41,8 al 39,74%, el segundo peor registro de la Comunidad.
A rebufo
Entre las áreas metropolitanas de las siete ciudades gallegas, Ourense está sin embargo a rebufo del resto, ya que únicamente supera a Lugo, donde hay un 57,34% de hogares asalariados, y Ferrol, donde apenas superan el 55%.
En la fachada atlántica , sin embargo, A Coruña, Vigo, Pontevedra y Santiago se sitúan por encima del 60%, encabezando el ranking el área de la capital gallega, donde dos de cada tres hogares cuentan con un sueldo a final de mes.
Única fuente de ingreso en el 21% de casas
La evolución positiva del mercado laboral se deja sentir también en que los ingresos que proceden de una relación laboral sirven cada vez más como único sustentos de los hogares ourensanos. Así, según el estudio publicado por el IGE, son ya el 21,29% de las casas de la provincia las que salen adelante con dinero procedente de salarios, lo que supone el cuarto año consecutivo de crecimiento y cinco puntos más que durante los períodos más duros de la crisis económica.
Los hogares ourensanos están en este apartado por delante de los de Lugo (18,75%), pero por detrás de A Coruña y Pontevedra, con un 24,67 y un 27,6%, respectivamente,
Asimismo, en el 27,4% de los hogares, los ingresos salariales suponen el 75% de los totales, mientras que en el 38,81% representan al menos la mitad del dinero con el que salen adelante en su día a día.
