La casa que iba ser asaltada está en el ímite entre Boborás y Carballiño y ayer no trascendió como se enteró la Guardia Civil de que iba a ser asaltada. A los detenidos, además de los robos, les imputan un delito de tentativa de homicidio y otro de atentado
Ni un solo detalle trascendió ayer sobre el inicio de la operación "Christmas". La Guardia Civil sabía que la casa situada en el número cuatro de la carretera de Astureses, situada en el límite entre los municipios de Boborás y Carballiño, iba ser asaltada, pero no desvelaron ni un solo detalle sobre cómo les llegó la información.
Los agentes, según pudo saber este periódico, estaban bien informados, pero no esperaban que los detenidos actuaran con tanta violencia, máxime cuando uno de ellos supera los dos metros de estatura y ronda los 100 kilos de peso.
Los dos albanokosovares, nada más ser descubiertos, plantaron cara a los tres agentes en el interior de la vivienda, obligándolos a pedir refuerzo. Y los guardias civiles fueron los que salieron peor parados en el enfrentamiento, dado que tres precisaron atención médica, mientras que los asaltantes resultaron ilesos. Según dio a conocer la Comandancia, a los detenidos, además de los robos, le imputan un delito de tentativa de homicidio y otro de atentado contra la autoridad.
Discreción
Los agentes actuaron con tanta discreción que ningún vecino del entorno sabía en la mañana de ayer lo ocurrido horas antes, en la noche del pasado jueves en la zona. La vivienda, aunque muy visible desde la carretera de Astureses, se encuentra bastante aislada, casi a la entrada del paraje de A Saleta y a varios metros de distancia de una urbanización de chalés parcialmente ocupada. A la entrada principal se accede por una pista, por lo que resulta difícil su localización.
Su propietaria aseguró que estaba dentro cuando irrumpieron los asaltantes en el inmueble después de forzar una ventana, pero declinó comentar nada de lo sucedido. Y, según pudo saber este periódico, la mujer tampoco tenía ayer mucha información al respecto, dado que una patrulla la llevó como medida de precaución hacia un lugar seguro y, después, la trasladaron a la Comandancia de Ourense junto con su marido, que a la hora en que estaba previsto el asalto estaba trabajando.
Eso sí, la noticia se extendió ayer como la pólvora sobre todo en los pueblos lindantes con el municipio de San Cristovo, que recababan información alarmados por la presencia de varias patrullas buscando a un conductor, cuyo coche, un Renault Clio, había sido visto por la mañana volcado en la cuneta.
El vehículo permanecía ayer en el cuartel de Carballiño a la espera de ser sometido a una inspección ocular con el objetivo de buscar huellas incriminatorias.
