Monterrei es la DO más joven de Galicia, apenas en la treintena de años y de bodegas, lo que no impide que sea una de las de mayor proyección en España. De hecho, es una promesa durmiente, con un índice de reconocimiento enorme -casi medio centenar de premios en los últimos dos años- y un nicho de mercado inexplorado -todos sus “monterreis” hermanos de América- de casi 12 millones de clientes.
Pese a su juventud administrativa, la cultura del vino lleva en Monterrei cerca de 20 siglos. El conjunto escultórico del Dionisos y Ampelos hallado a mediados del siglo pasado en la Quinta da Muradella, en Verín, es la alusión artística al imaginario del vino más antigua de Galicia, y la constatación, al haber sido hallada en una explotación agraria, de la existencia de cultivos de viñedo primigenios en la Gallaecia Bracarense.
La pluviosidad y el clima de Monterrei son ya continentales y de transición con los de la Meseta. No por nada, el recurso hídrico que da nombre a la comarca del Támega es afluente del Duero, y pertenece a sus organismos de gestión de cuenca. Monterrei es “la otra ribera del Duero”, con unas características en sus vinos que deben ser explotadas por ello en toda su singularidad galaica, y que por eso están triunfando en los nuevos mercados.