reportaje

Morea, 25 años por la inclusión

Un grupo de usuarios en un taller de manualidades, acompañados por la presidenta de la asociación, María Ángeles Fernández, este martes (JOSÉ PAZ).
photo_camera Un grupo de usuarios en un taller de manualidades, acompañados por la presidenta de la asociación, María Ángeles Fernández, este martes (JOSÉ PAZ).

La Asociación de Familiares y Enfermos Mentales Morea cumple sus bodas de plata atendiendo a una media de 160 usuarios al año, con sus familiares. Reivindican que este tipo de trastornos dejen de ser un tabú en la sociedad

Hace 25 años que María Ángeles Fernández Araújo fundó la Asociación de Familiares y Enfermos Mentales Morea por motivos personales. Sus hijos. Con ella empezaron tres familias, una pequeña "morea" de gente que hoy suma 160 usuarios, 500 expedientes abiertos y una larga trayectoria en la que los avances en psiquiatría y medicina permiten que las personas con alguno de estos trastornos tengan una mejor calidad de vida.

A la entrada de la sede de la asociación, en Marcelo Macías, los llaveros de colores realizados por los usuarios decoran los pasillos. En una sala, un grupo realiza manualidades. "¡Cuánto te quiero!", le dice Alfonso, un usuario, a la presidenta. "La verdad es que me adoran", dice María Ángeles Fernández. Lo corrobora el director del centro, Alfonso Díaz: "Para ellos es como su mamá".

Morea cumple su 25 aniversario con el objetivo del principio: "Se empezó reclamando sus derechos como ciudadanos", relata la fundadora. Morea también tiene sede en Verín, O Barco, A Peroxa y Lalín. Todas funcionan como centro psicosocial y club social. "Aquí recuperan su pertenencia a las redes sociales. No se sienten aislados. Tienen una vida", explica la presidenta.

Los programas incluyen talleres prelaborales. Hay usuarios que se dedican a la encuadernación, a la enmarcación o a la restauración de muebles. Hace un tiempo, Morea también decidió que la limpieza del centro corriese a cargo de los usuarios–remunerados– en lugar de contratar una persona externa. 

"La asociación les sirve para acrecentar su autoestima, que es algo muy tocado. No solo en las personas con enfermedades mentales, sino en las familias", incide Alfonso Díaz. En este sentido, funciona el programa de "respiro familiar". Las puertas del centro están abiertas durante 10 horas. 

"La enfermedad mental fue toda la vida un tabú. Se les aparta de la sociedad, sobre todo a las personas con esquizofrenia. La mayoría de la gente cree que el enfermo mental no sirve para nada, pero no es así. Se sorprenderían con la lección que dan. Se ha hecho mucho, pero hay que avanzar. Para eso estamos", dice la fundadora. 


"Cuando dan su diagnóstico, se le cierran puertas"María Ángeles Fernández (JOSÉ PAZ).


En la Asociación de Enfermos Mentales Morea todavía está la primera usuaria que tuvieron, allá por el 1995.  "Llegó ella solita preguntando y avisó a su madre y ya se quedó", explica la presidenta. Aquí hay historias personales muy diferentes, con usuarios apasionados del cine, la pintura, la fotografía o el dibujo. En el despacho, la presidenta presume de un cuadro pintado por una usuaria.

Desde la experiencia, comentan que la peor traba que se encuentran los enfermos mentales es el "rechazo social". Esto influye en el trabajo. María Ángeles Fernández es tajante: "En el momento que tienen que dar su diagnóstico, se le cierran todas las puertas. Y también les cuesta mantener el trabajo, porque se agobian. Pero hay casos de éxito, claro que sí", dice.

La presidenta y el director del centro también son claros con el objetivo de Morea: "desaparecer". Eso significará que la Sanidad cubre todas las necesidades de estas personas. 

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