SEGURIDAD VIAL

La movilidad de la ciudad, solo pendiente de la clase política

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photo_camera Atasco en la rúa Progreso el pasado martes por los cortes realizados durante las Fiestas.

Peatonalizaciones, velocidad a 30 kilómetros o hacer cumplir la ordenanza, deberes para el Concello 

Ya concluido el proceso de participación del Móvete por Ourense, abierto en la primavera de 2017 para diseñar el plan de movilidad de la ciudad para los próximos lustros, todo queda pendiente ahora de la clase política ourensana y de su voluntad para ejecutar las medidas consensuadas tras meses de trabajo y que se reflejarán en un documento que se está terminando de elaborar por parte de la consultora Urba+, que ha guiado todo el procedimiento desde su inicio.

"Las sensaciones son muy positivas, por primera vez parece que todo el mundo está en el mismo camino", destaca una de las arquitectas de Urba+, Paula Feijóo, que destaca que las reclamaciones que se venían planteando desde hace tiempo "ahora están refrendadas por datos, con la participación de la ciudadanía".

En esta hoja de ruta que debe guiar al Concello, a esta Corporación y a las siguientes, emergen como principales reclamaciones conseguir una pacificación del tráfico y abordar una nueva tanda de peatonalizaciones, lograr una ciudad con las calles limitadas a 30 kilómetros por hora y hacer cumplir la ordenanza de tráfico en lo que respecta, por ejemplo, a los malos aparcamientos (dobles filas o entradas y salidas de los colegios, por ejemplo).

"Ese es el modelo al que debemos ir, planteando acciones a corto, medio y largo plazo. Le toca a todos los políticos tener valentía porque es lo que quiere la gente, depende de la voluntad", añade Paula Feijóo.


Comisión técnica


El siguiente paso será ahora remitir toda la información planteada en las reuniones del grupo motor, que el martes celebró su último encuentro para abordar las conclusiones del proceso participativo, a la comisión técnica conformada por representantes de todos los grupos de la Corporación, que se celebrará en los próximos días. También es probable la convocatoria de la Mesa de la Movilidad para dar cuenta de todo el trabajo realizado.

Después, quedará en manos del actual gobierno municipal, coordinadamente entre las concejalías de Infraestructuras y Tráfico, plantear las distintas acciones sobre el modelo de ciudad que se quiere llevar a cabo, precisando en casos del apoyo de la oposición del Concello para liberar los fondos necesarios que precisen esas acciones mediante modificaciones de crédito.


Un proceso que fue languideciendo y causando desánimo entre varios actores


La demora en los plazos previstos al inicio del proceso participativo y la sensación de que gran parte de las medidas ya estaban sobre la mesa a la espera de aplicarlas provocó que el grupo motor configurado en un inicio por algo más de 30 personas fuese disminuyendo, juntándose el pasado martes apenas 14 miembros para el último encuentro.

Colectivos como Stop Accidentes, que apunta que "no se veían trazas de futuro", policías locales o BNG no acudieron esta semana. El responsable local de la formación nacionalista, Luis Seara, indica que "as sensacións non eran moi boas e quedouse en algo cosmético por parte do goberno", al que invita a "ter decisión para apostar por un modelo claro de cidade".

Sí acudió, por ejemplo, el representante de Cogami, Diego Piñeiro, que reconoce que el proceso "ha sido muy largo", aunque confía en que "Ourense se pueda convertir en una ciudad moderna".

Desde Ciudadanos, Ignacio Martín Amaro señaló también "que se redujo bastante la participación" e invitó al gobierno de la ciudad a "hacer cumplir las ordenanzas como primer paso".

La responsable de coordinar el proyecto, Paula Feijóo, reconoció ciertas dificultades en el proceso, pero subrayó también que se "buscó algo muy ambicioso y que requirió un gran esfuerzo de todos", restando importancia a que los plazos no se cumpliesen: "Era importante tener todo muy hilado". 

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