Mueren envenenadas 48 ovejas cuando pastaban en un monte de Cualedro

"El causante de esto es capaz de hacer lo mismo con un vecino", dice el dueño

Un ganadero de Lucenza (Cualedro) vio en la tarde del pasado domingo como moría envenenadas  48 ovejas de su rebaño cuando las pastoreaba por un monte cercano al pueblo. Los animales fallecieron después hinchar su cuerpo. "Cayeron de repente al suelo y echaban sangre por la boca", asegura el afectado.

Este es la tercera vez que este ganadero pierde parte de su rebaño  a causa de veneno esparcido por los lugares que suele pastorear. En junio del 2016, le murieron 14 ovejas y un año antes, otras seis. En ambos casos no se encontraron culpables. "Yo no le hago daño a nadie, no sé porque  me hacen esto", lamenta Fernández Palomanes, puntualizando que la persona que esparció el veneno es "capaz de hacer lo mismo para causar la muerte de un vecino".

El afectado no dispone de seguro que le cubra las pérdidas ni percibe compensaciones por su rebaño (ahora 140 cabezas). Delfín Palomanes se disponía ayer, al igual que el resto de días del año, a pastorear las reses que sobrevivieron. Lo hacía después de amontonar en la margen de un camino los cadáveres de las fallecidas para facilitar la carga a los trabajadores de recogida de animales muertos. "¡Todos los días de pastor en el monte para esto!", aseguraba.

La Guardia Civil acudió al lugar  cuando estaban falleciendo algunos de los animales. Los agentes abrieron una investigación -ayer estaban a la espera de que el ganadero cursara la denuncia- con el objetivo de identificar la zona en que fue esparcido el veneno y a los autores. El ganadero alertó a los servicios de sanidad animal de la Xunta con el objetivo de que recogieran muestras para determinar el producto que causó la muerte de las ovejas. 

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