CRÍMENES SIN RESOLVER

Ocho muertes sin esclarecer en la crónica negra de los últimos 20 años

Guardias civiles, tras hallar muerto al cura de Vilanova. La investigacíón avanza.
photo_camera Guardias civiles, tras hallar muerto al cura de Vilanova. La investigacíón avanza.
Todos los casos podrían ser reabiertos judicialmente en caso de que aparecieran nuevas pruebas incriminatorias.

Durante los últimos 20 años, la provincia ha vivido ocho crímenes  que continúan impunes. En tres de los casos, las fuerzas de seguridad practicaron detenciones, pero los  imputados quedaron en libertad ante la falta de pruebas incriminatorias. Entre estos últimos figura el  matrimonio de Amendo (Taboadela), cuya investigación se reactiva ahora tras aparecer muertos en abril del 2009.  

Pero no son los únicos casos sin resolver en la provincia. La lista arranca en enero del 2000 con  la muerte de José Dias de Oliveira, que fue abatido de un disparo en San Lorenzo de Piñor (Barbadás). El fallecido salía de su casa a tirar la basura. El móvil, según los investigadores, podría estar relacionado con un ajuste de cuentas por drogas. El autor tampoco fue aún identificado. Al año siguiente, César González Blanco (85 años) en diciembre del 2001, apareció estrangulado en su domicilio de Doctor Fléming, en el centro del casco urbano ourensano,  a finales de 2001. La víctima, según fuentes policiales, posiblemente conocía a su verdugo ya que la puerta  de la vivienda no apareció forzada, no presentaba ningún tipo de daños. 

Buena parte de los casos sin resolver están archivados judicialmente, pero no han prescrito aún

El 17 de marzo de 2004, el cuerpo de Marina Boo aparecía completamente calcinado tras  el edificio de la antigua cárcel de la rúa Progreso. La policía detuvo a un sospechoso pero quedó en libertad ante la falta de pruebas que lo involucran en la muerte. Le prendieron fuego al cuerpo.

La crónica negra sin resolver continúa en marzo del 2015, con el crimen del párroco de Vilanova, Adolfo Enríquez. La Guardia Civil detuvo a dos croatas, pero no  fueron incriminados por falta de pruebas. Los delincuentes lo golpearon y robaron la Virgen del Cristal, cuya talla aún no fue localizada.  Los agentes del Equipo de Homicidios tienen previsto  impulsar de nuevo las pesquisas, aprovechando las nuevas tecnologías, y detener a los autores.

El caso más mediático

El  26 de junio del 2015,en un terraplén de la carretera de O Seminario era localizado el cadáver de Socorro Pérez (43 años). El cuerpo fue localizado tras estar siendo buscada durante un mes por todo el casco urbano de la ciudad. Era vecina de  O Couto y desapareció el 2 de mayo de ese año tras salir de su casa a hacer deporte por el entorno del río Miño. En este caso,  la Policía Nacional mantiene abierta la investigación para detener al autor. Los agentes rastrearon en los últimos años numerosos teléfonos -la mayor parte de los que se conectaron a un reemisor  que hay en la zona- y abundante documentación. Los investigadores recogieron una huella de ADN, que  cruzan cada vez que hay un detenido por un caso similar.

A finales de octubre del 2016, un vecino de  O Bolo, Manuel Arias Prado, de 86 años, era localizado muerto en la cocina de su vivienda en el pueblo de Chao do Castro. El cadáver estaba en medio de un charco de sangre. Inicialmente se trabajó con la hipótesis de una muerte accidental, que se había caído. El octogenario vivía solo y, el resultado final de la autopsia, confirmó que la muerte fue violenta. Los autores aún no han sido identificados.

Buena parte de los casos están archivados judicialmente pero no prescritos. Podrían ser reabiertos en caso de que aparecer nuevas pruebas incriminatorias. 

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