Sanidad

Las muertes "en silencio" que oculta el coronavirus

photo_camera La mascarilla, clave en esta época. (FOTO: José Paz)
En la primera ola crecieron los fallecidos por trastornos seniles y demencias

Las personas mayores, desde el principio señalados como los más vulnerables al virus, han sido también la parte de la sociedad que más ha padecido el drama del confinamiento domiciliario o las restricciones, que les han limitado parte de su movilidad justo cuando más lo necesitan. Algunos de los datos ofrecidos esta semana por el INE reflejaban, más allá del alza de muertos etiquetados con covid, el aumento en Ourense de fallecidos por "senilidad" o trastornos mentales "seniles o preseniles". Algo así como una categoría en lo que se engloba lo que parte de la sociedad entiende por "morir de viejo". 

Pero no es así. "Los fallecimientos que se atribuyen a la senilidad se deben a otras causas, muchos de ellos son crónicos pluripatológicos. Siempre se mueren por algo, no por ser mayores", señala el psicogeriatra ourensano Raimundo Mateos, quien pone el foco en los que estaban en centros residenciales. "El estrés ha sido brutal, fueron sometidos a aislamiento general y todo eso habrá repercutido en la salud en general. En muchas entró el covid, pero a otros les ha repercutido en su salud al estar muy angustiados. La soledad y el estrés también matan y ha podido ser otro factor de exceso de mortalidad".

También señala a aquellos que estando en casa se encontraban ya enfermos o sufrían demencias, uno de los apartados en los que la mortalidad más se ha disparado. "Los que tenían centros de día se tuvieron que ir a casa, no podían salir a la calle... Todo eso produjo un deterioro mental y físico muy grande. Estas personas necesitan un mínimo de actividad física", subraya  el psicogeriatra.

Este colectivo ha podido estar influido de forma colateral, además de directa, por el covid. "Todos los enfermos crónicos pluripatológicos pueden sufrir descompensaciones. Y en estos momentos, una vez que tenemos los datos de causas de muerte, es un momento de oro para que se hagan investigaciones al respecto", añade Mateos. 

El geriatra Miguel Ángel Vázquez, que dirigió el centro integrado de Baños de Molgas, señala que todo el exceso de mortalidad se debe al covid y que los datos del INE vienen a demostrar "que había más muertos de los que nos decían" y cree que "alguien tenía interés en España en que algunos muertos no figurasen por covid, algo que un día se sabrá".

"Tenga enfermedad cardiaca, tenga enfermedad respiratoria o una demencia, la causa principal de todo ese exceso de mortalidad es achacable al covid. El covid te mata de alguna manera, por infarto o insuficiencia respiratoria, pero el exceso de mortalidad nadie lo puede discutir", añade Vázquez.

Comité de expertos

Insiste el geriatra en que " aunque no sabemos por qué mata en residencias, sí sabíamos desde el principio que esto ocurría, por eso han muerto personas por omisión". También critica el geriatra que "el comité de expertos de la Xunta no tenga un solo médico, enfermera o trabajador social que trabaja en residencias", y sigue sin comprender por qué dejan a muchos morir en los centros: "En Baños de Molgas hubo un momento en que solo me traían mayores de grado 1, y al resto los dejaban morir las residencias, por eso lo dejé", reconoce Vázquez.  

¿Y si algunas cosas han llegado para quedarse?

¿Y ahora qué? Son muchas las reflexiones que se ciernen sobre el horizonte tras los primeros análisis sobre la mortalidad durante la primera ola. Las medidas de protección aliviaron otras enfermedades respiratorias recurrentes que copan año a año las principales causas de muerte, pero al mismo tiempo el confinamiento, el cierre de centros de día o las limitaciones de movilidad o de reuniones ha matado en vida a muchos mayores. 

La Organización Mundial de la Salud ya ha dicho que en el segundo de los parámetros intente echarse el freno lo más posible, pero, sin embargo, hay otro debate sobre la mesa que se ya empieza a plantear. ¿Y si las mascarillas han llegado para quedarse?

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, lo planteaba esta semana, quizás tardarán en irse más de lo previsto. Francisco Aramburu, desde Urgencias, también pone el tema sobre la mesa, para el debate público. "Estamos viendo que no hay gripe y que han descendido resfriados y otras patologías. A lo mejor, con el número de muertos anuales que asumíamos por gripe, nos estamos dando cuenta de que no hay por qué asumirlo. A lo mejor es gente que no tendría que morir si llevásemos mascarilla de noviembre a marzo".

Ese es uno de los retos que se cierne sobre el futuro más o menos inmediato, sobre todo una vez que las vacunas empiecen a distribuirse y empecemos a pensar en la nueva era.

Pensar en la gente mayor

Una nueva era que también ha de replantearse  el trato recibido por los mayores. "Ha muerto mucha gente mayor débil y como sociedad debemos reflexionar. Hemos tratado fatal a los que estaban en residencias y también a los que estaban en casa. Y lo más grave, como gerontólogo, es que no aprendemos. La primera ola nos cogió con falta de experiencia, pero es que ahora estamos repitiendo los mismos errores, y eso sí que es grave. Lo más básico es reforzar la Atención Primaria", reflexiona el piscogeriatra Raimundo Mateos: "Hay atención telefónica, sí, y debe haber un flitro, sí, pero hay gente a la que es necesario ver en sus domicilios, y eso pasa por reforzar la Primaria". 

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