EDUCACIÓN

La mujer brilla por su ausencia en los colegios de la provincia

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photo_camera Una imagen de Cardenal Cisneros en la ciudad de Ourense.

Solo tres de cada diez centros tienen nombre femenino, rasgo mayoritario en los de influencia católica 

En pleno debate en el Concello de Ourense sobre la desigual presencia de hombres y mujeres en la nomenclatura del callejero urbano, la situación de desequilibrio entre sexos no difiere mucho en lo que respecta a los centros educativos de la provincia, donde la presencia de nombres masculinos en su denominación es también mayoritaria, con más del doble de colegios que deben su nombre a un varón, 70 por los 25 que son femeninos.

El desequilibrio, no obstante, es consecuencia de la decisión adoptada en su momento por aquellos centros que optaron por alejarse de las denominaciones religiosas y optaron por nombres civiles. En los nombres de centros con influencia del credo católico, la paridad es casi total, con predominancia de los nombres que rinden tributo a vírgenes o santas, que representan un total de 19 colegios, por los 17 que optaron por un nombre religioso masculino.

En el primer caso, aparecen nombres que se repiten, como los de Divina Pastora (O Barco y Ourense) o A Inmaculada (Ourense y Verín), con otros casos como Virxe de Guadalupe, María Auxiliadora, Santa Teresa de Jesús o As Mercedes, entre otros.

Mientras, en el caso de nomenclatura masculina religiosa, los más habituales son Sagrado Corazón (Carballiño y Celanova), Padre Feijóo (Allariz y Ourense) o San Marcos (Cartelle y Ourense). Divino Maestro, San Pío X o Cardenal Cisneros son otros ejemplos de estas denominaciones.

La balanza en el mapa educativo la decantan los nombres civiles, donde la comparativa es demoledora, con solo ocho de 61 centros educativos ourensanos que deben su nombre a una mujer. Estos se encuentran salpicados por la provincia, ya que en la ciudad solo se encuentra el Concepción Arenal, en el tramo superior de la rúa Bedoya, mientras que el resto se localizan en Xinzo (Rosalía de Castro), Leiro (Emilia Pardo Bazán), Verín (Princesa de España), O Barco (Condesa de Fenosa), A Merca (Joaquina Gallega Jorreto), Cenlle (Carmen García Carrasco) y Barbadás (Filomena Dato).

Titularidad

En la comparativa entre equipamientos públicos y privados, la desigualdad también es notoria. Entre los 81 centros educativos con titularidad de la administración autonómica, tan solo una docena cuenta en estos momentos con una denominación femenina, por los 32 que recuerdan la trayectoria de algún hombre, atendiendo el resto a denominaciones en función de su localización, ya sea en los barrios de la ciudad o de los diferentes concellos de la provincia.

Mientras, en los centros de titularidad privada se opta mayoritariamente por nombres religiosos -aunque también sucede en varios públicos-, con 16 que escogieron uno masculino y ocho, femenino. 

La ciudad tiene en marcha un proceso para feminizar el callejero municipal

El proceso participativo puesto en marcha hace unos días por el Concello para recoger propuestas de ciudadanos o colectivos para feminizar el callejero se asienta sobre una realidad palmaria, dado que apenas cuarenta calles, caminos, plazas o avenidas de la ciudad cuentan a día de hoy con una nomenclatura femenina, con un empujón en este sentido dado a finales de la década pasada, cuando la inauguración de nuevos viales o espacios públicos fue aprovechada para recordar a mujeres. Es el caso, por ejemplo, del parque Angelita Paradela, situado en el entorno de las nuevas urbanizaciones de Barrocás.

Sin embargo, gran parte de la presencia femenina en el callejero ourensano hace referencia a nomenclaturas religiosas, siendo frecuente toparse con calles con nombre de santas (Águeda, Ana, Lucía o María son algunos ejemplos) o de vírgenes como la de Fátima. El recuerdo a intelectuales se reduce a aquellas que son frecuentes en otras localidades, como pueden ser Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán o Concepción Arenal, entre otras.

Otras figuras que se recuerdan son la de Clara Campoamor, defensora de los derechos de la mujer, Victoria Kent, Filomena Dato, Paz Parada Pumar (primera médico colegiada de la provincia) o Calpurnia Abana, primera habitante conocida de Ourense y una de las pocas que se cuela en las zonas más céntricas del municipio, al estar situada cerca de As Burgas.

El siguiente reto del Concello es encontrar una calle para recordar a Asunción González, primera víctima documentada de violencia de género, al no fraguar el intento de cambiar el nombre de la plaza 1.000. 

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