La Guardia Civil recorre a diario los distintos pueblos con el objetivo de comprobar que la población permanece en sus hogares. Los agentes también visitan a personas mayores y geriátricos para brindarles su ayuda, si precisan comida, medicinas o para cerciorarse de que se encuentran bien.
Pero este control no les está resultando fácil. Muchos de los residentes salen para trabajar huertos -es época se sembrar patatas y hortalizas-, pasear y alimentar ganado. Los agentes sancionan a todos los reincidentes, aunque este sábado declinaron especificar casos concretos argumentando que la información se centraliza en el Ministerio del Interior. Según puso saber este periódico, entre los sancionados hay dos sacerdotes ourensanos. A uno lo sorprendieron lejos de su vivienda y alegó que acudió a visitar unas obras. El otro argumentó que iba a ver castaños.
