La declaración de Patrimonio de la Humanidad para la Ribeira Sacra, un título que podría llegar en 2021, sería la mejor carta de presentación para un territorio en el que la naturaleza y el hombre fueron de la mano durante siglos, dando como resultado un paisaje único y excepcional. Pero el título no es el fin en sí mismo, es solo el inicio de una nueva etapa en la que la protección del patrimonio y de la herencia de los antepasados tiene que hacerse de manera viva, de forma que se potencie el desarrollo sostenible de la economía local y sirva de pilar para una Galicia interior desconocida. Esa es la principal conclusión de un foro celebrado ayer en el Parador de Monforte por los diarios La Región y El Progreso, que además fue retransmitido en directo y se puede ver íntegramente en el vídeo que encabeza esta pieza.
Más de una decena de ponentes entre técnicos, políticos y representantes del territorio participaron en la convocatoria en la que se analizó el camino andado y el que queda por recorrer con la candidatura ante la Unesco, así como los retos y la gestión de la Ribeira Sacra como paisaje cultural y el territorio como recurso turístico.
Una de las ponencias clave de la jornada corrió a cargo de Juan Andrés Perelló Rodríguez, embajador de España en la delegación permanente de la Unesco y uno de los encargados de defender la candidatura si esta llega al Comité de Patrimonio Mundial que se celebrará en julio en China, si la pandemia no obliga a alterar las fechas.
Perelló repasó los cambios de calendario que impuso el covid-19 en la Unesco e insistió en que en cualquier proceso de candidatura hay dos batallas, la técnica y la política: "El trabajo de los técnicos es largo y fundamental. En sus manos ha estado todo el peso hasta ahora. El trabajo político viene al final, en ese último comité en el que toca defender el expediente". Insistió en que "el expediente de la Ribeira Sacra es bueno. Le pasa un poco como a la candidatura canaria de Risco Caído, no necesita de adornos, merece una buena defensa".
El embajador señaló la relevancia que tiene para un territorio la consecución del título y en ese sentido destacó que "hay gente que viaja por las rutas de Patrimonio Mundial, se le pone una luz a esos lugares y son un polo de atracción para el turismo". Pero "ante la fiebre de los países por obtener declaraciones, el proceso es cada vez más complejo". Recalcó que "esto es mucho más que atraer gente, buscamos generar conciencia sobre el territorio, sobre las culturas y las civilizaciones, ser un incentivo para las comunidades locales, el desarrollo sostenible y la misión de paz".
Retos y gestión
Tras la intervención de Juan Andrés Perelló, Ana Goy, catedrática de Historia del Arte de la Universidade de Santiago de Compostela, fue la encargada de moderar la primera de las mesas del foro, centrada en los retos y la gestión del paisaje cultural de la Ribeira Sacra. En ella intervinieron María del Carmen Martínez Insua, directora xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia; Augusto Pérez Alberti, catedrático de geografía de la USC; Juan Mario Crecente, coordinador de la candidatura de la Ribeira Sacra, y la arquitecta y presidenta de la Irmandade da Ribeira Sacra, Isabel Aguirre.
Todos ellos incidieron en que el camino recorrido con la candidatura hasta el momento ha sido posible gracias a la colaboración institucional. Al diálogo entre el Estado, la Xunta y las entidades locales y que ello ha permitido elaborar un expediente muy fundamentado. Isabel Aguirre y Augusto Pérez Alberti hicieron una defensa excepcional del paisaje y del patrimonio de la Ribeira Sacra y Juan Mario Crecente profundizó en los aspectos técnicos del expediente y en los fundamentos que marcaron el mapa de la candidatura.
