FESTIVAL DE JAZZ DE PRIMAVERA

"Un músico no es igual al leer una partitura que cuando siente la música"

DIEGO AMADOR
photo_camera Amador está el jueves en el Latino.

El pianista y cantaor Diego Amador inaugura este jueves en el Café Latino el Festival de Jazz de Primavera de la ciudad

Aunque no lo recuerda, asegura que se enamoró de la música ya antes de nacer, cuando escuchaba a través de la barriga de su madre las canciones flamencas que sonaban en casa. Diego Amador (Sevilla, 1973) se crió entre artistas -es hermano de Rafael y Raimundo Amador- en un ambiente en el que no faltaban guitarras, cajones o quejíos. En su juventud se decantó por el piano, o el piano por él, y surgió un amor correspondido hasta el día de hoy. Este jueves, Amador se subirá al escenario del Latino para inaugurar el Festival de Jazz Primavera de la ciudad. Una actuación que arranca a las 23,00 horas y que está incluida dentro del ciclo 1906. 

Nació en las 3.000 de Sevilla, zona tildada desde hace décadas como “conflictiva". Su penúltimo trabajo se titula “Soy de las 3.000".

Quise dedicárselo al barrio de donde he salido, donde hay tanto arte y tanta gente, para presumir un poco de ese lugar tan maravilloso que a veces se dice "marginal". Siempre me da esa grandeza de decir que vengo de ese barrio humilde y he podido viajar por todo el mundo gracias a mi arte y al arte que hay ahí. 

Buen caldo de cultivo tuvo...

Imagina, una familia gitana de guitarristas y cantaores. En mi casa siempre había mucha música, sobre todo flamenco. Muchos artistas venían con mis hermanos a los ensayos -formaban el dúo Pata Negra-, lo que me trae unos recuerdos maravillosos. El aprendizaje de ver a mis hermanos creando, de ver a los amigos de mis padres que venían, cantaban, tocaban... Mi madre, que era muy generosa, hacía una olla muy grande de comida y venían los primos, los amigos, los vecinos... siempre había mucha alegría y mucha bondad en mi casa.

Le llaman "El Ray Charles gitano"... ¿le incomoda ese mote?

Me parece maravilloso que la gente me compare con un genio como Ray Charles, me encanta, pero son palabras muy grandes. Él para mí era de las cosas grandes de esta vida que he escuchado, como Miles Davis. Claro me gusta el mote, ¡a quién no le va a gustar! (se ríe)

En su caso, ¿hay más técnica o talento?

Es algo talentoso que tiene que nacer con uno mismo. Yo siento la música desde siempre, opto más por interpretar y hacer las cosas de corazón, más que matemáticamente. Las cosas desde el alma van directo al corazón del oyente que te escucha porque es algo verdadero.

¿Desde dónde compone?

Sobre todo, desde la inspiración. Siempre compongo a raíz de lo que me dicta mi corazón, de lo que me pide en el momento, de lo que voy sintiendo. 

¿Qué es peor: la exigencia de uno mismo o la del público después de tantos años?

Peor para mí creo que es la de uno mismo, porque me exijo mucho en el día a día por mejorarme y no quedarme nunca atrás. La recompensa que te da el público cuando grabas un disco o cuando te subes al escenario y sientes el cariño de toda esa gente es lo más grande. Pero es complicado cuando uno se exige tanto; soy como una monja fustigadora que se castiga con el látigo ella misma. Pero bueno, de una manera bonita y se pasa bien cuando estás componiendo o tocando.

¿Cómo se compagina una carrera artística con la familia?

Lo más importante es tener los pies en la tierra, bien seas artista o lo que seas. Es necesaria la familia, porque si no hay la vivencia personal no habría música, no podrías contar nada. Los músicos no son igual cuando leen una partitura que cuando sienten la música. La familia, los amigos, la conexión con las personas, es el motor de lo que compones.

¿Le da oportunidad al reggaetón o al trap?

Yo siempre he escuchado de todo, todo lo que sea bueno va bien para el oído. Nunca me cerraré una puerta a decir "esto no lo escucho yo". Cuando se hace con el corazón, cuando pones el alma ahí, esa música tiene que ser buena. Todo puede ser bueno si lo haces de verdad.

¿Llegará a Ourense con nervios?

Nervios siempre hay, cuando un artista no tiene nervios es que se ha acabado lo que tiene que dar. Tengo nervios de emoción, de contactar con la gente que te viene a ver, que te pille bien de la voz, de las manos, del espíritu... que esté todo en orden. En mi caso es muy importante que el piano esté afinado, que el sonido sea bueno. Son cosas que te pueden poner un poco más nervioso, pero es una cosa normal de los músicos. Cada vez que voy a un escenario voy a disfrutar, que cuando uno disfruta hace disfrutar a los demás. 

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