La empresa ourensana reclama con urgencia un plan de rescate

La crisis sanitaria vive momentos de optimismo en una provincia, Ourense, en la que los datos ofrecen una contención del número de casos de covid-19 y una reducción drástica de los hospitalizados. Mientras, subyace poco a poco la otra cara de la moneda, la crisis económica, que empieza a asustar a diferentes sectores. Meses sin facturar, inversiones importantes para adaptarse a las nuevas normas sanitarias e incertidumbre dibujan un panorama incierto que necesita soluciones rápidas. Sectores que agonizan "Agora está cambiando o medo pola saúde que había ao principio polo medo á crise económica", relata Roberto Pérez Nogueiras, taxista del rural (Ramirás), que casi no ve reversible: "Case non hai traballo, temos facturas que pagar e estamos invertindo en poñer o taxi a punto, pero se non hai clientela... Eu témome que non poderei seguir nisto moito tempo", dice, en relación a un sector que emplea a más de 360 personas. Los empresarios reclaman un plan de rescate claro y rápido por parte de las Administraciones. La remontada que deben iniciar es asimétrica, no todos parten de las mismas condiciones, no son pocos los pequeños empresarios que han tenido que afrontar déficits de más de 5.000 euros en los meses del confinamiento y que ahora necesitan revertir a marchas forzadas Los sectores afrontan una recuperación asimétrica, pero creen que, en general, se puede salir si hay apoyo Optimismo, pero si hay apoyo "Soy más optimista que en la crisis de 2008. La esperanza es que los bancos tienen dinero y las empresas también, pero ahora necesitamos es que la Administración se implique. De nada valdrá haber hecho el ERTE si no conseguimos minorar las pérdidas este año para no acabar teniendo que despedir a los empleados", señala desde Meije Iluminación Francisco Meije. Las actividades profesionales técnicas ofrecen empleo a más de 300 profesionales en la provincia, que tienen que subsistir en muchos casos pendientes de la vida de otras empresas a las que prestan servicio. "Quien más quien menos ha vuelto a la actividad rematando trabajos que tenía encargados. Pero qué va a pasar en dos o tres meses, cuando eso se acabe. Puede ser la hecatombe", añade Meije, que cree que en su sector, si en la crisis anterior "se aprovechó el plan E para recuperar dinero y poder liquidar" ahora hay capacidad de aguante, pero falta garantía de actividad. "Si Concello o Xunta consiguen dar trabajo, ese dinero se invertiría para seguir con las empresas, porque hoy tenemos activo circulante para aguantar". Hostelería, peluquería, formación o agencias de viajes, ante la incertidumbre por los cambios constantes Hostelería y formación, sin horizonte claro Hay sectores dubitativos, como la hostelería, el cual dependen 7.300 empleos en Ourense. La cafetería Auria Vella reabrió sus puertas en un escenario incierto: "Empezamos muy flojitos", comenta Andrea Bahamonde. Por el momento, mantiene a uno de tres empleados en ERTE: "Tenemos que esperar para ver cómo progresa la situación". "Parece que a veces nos estamos ayudando más las empresas entre nosotros que el Gobierno", reconoce Lorenzo González, gerente del bar Charlotte. "No puedo invertir y seguir gastando en modificaciones que no sé cuánto van a durar". En su caso, estar cerrado, con gastos fijos del orden los 2.000 euros mensuales, le sale, tras echar cuentas, "más rentable que abrir a medio gas" y lamenta que "los autónomos no contemos". La remontada le pilla en temporada baja, cuando acaban las clases. Lo mismo sucede en el sector de la formación. "O se pone las pilas la Administración, o mucha gente lo va a pasar mal en este sector", aventura David Pérez, de Galéxico, que combina la formación y la psicología. En su caso, perder el último trimestre escolar del año, el más fuerte, ha causado mella. Los sectores que salen con una situación adversa son variados. Las agencias de viajes son otro de los sectores tocados, ya que en muchos casos todavía no ha reabierto las puertas, un hándicap para 112 empleados en la provincia. Las peluquerías encaran la remontada en un escenario pesimista. "Los primeros días fueron una locura con compensación cero", explica Rosa Ucha de la peluquería M&amp;M. La clientela casi desapareció y desea que, tras la desescalada, se normalice: "A ver si mejora, porque tenemos mucho gasto y poco trabajo". Los gastos han asfixiado a muchos sectores, que empiezan la desescalada tirando de reservas y en mínimos Brotes verdes El comercio, con 10.300 trabajadores en la provincia, percibe algún brote verde. Antía Iglesias se arriesga, animada por la respuesta de los clientes de su boutique, Umbela: "He pedido nueva mercancía , estoy vendiendo bien", señala. En su vuelta, prima el optimismo "Creo que el comercio textil está funcionando". Los talleres de reparación de vehículos recuperan poco a poco la actividad, con cerca de 2.000 empleos: "Estamos traballando nun 70%", indica Roberto Álvarez, de Talleres Rodríguez Montes. Con el paso de los días ve la situación más "normalizada", que se recuperará a medida que la población gane movilidad y aumente el empleo de vehículos.