Nieves Lorenzo es física y es profesora del Campus en el grado de Ingeniería Aeroespacial. Además, es una de las promotoras de la exposición “As mulleres que nos levaron á Lúa”, enmarcada dentro del proyecto “Ciencia e Tecnoloxía en feminino” de la Tecnópole, y una de las cabezas visibles del proyecto del Campus “Exxperimenta en feminino”, que presenta mañana su quinta edición con motivo de la celebración, este viernes, del Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia.
¿Cuál es la relevancia de estas exposiciones para incentivar a las jóvenes a entrar en carreras de ciencias?
Nosotras creemos que si faltan alumnas en esas carreras es porque faltan referentes femeninas. No van a ser lo que no conocen. De ahí la relevancia de estas exposiciones itinerantes, que les ayuda a conocer a estas mujeres tan relevantes para la llegada a la Luna. Y sabemos que funcionan porque son muy demandadas, tanto esta como la del proyecto “Exxperimenta en feminino” del Campus de Ourense. Gracias a este tipo de iniciativas hemos conseguido que conozcan a alguna mujer científica más allá de Marie Curie.
¿Por qué la temática del viaje a la Luna?
Nos pareció interesante porque en 2019 se cumplieron 50 años de la llegada del hombre a la Luna y por la iniciativa Artemis de la Nasa que llevará por primera vez a una mujer a nuestro satélite. Lo que queremos es mostrar el trabajo de todas las mujeres que llevaron a ese hombre a la Luna.
Y su situación era más complicada que la actual.
Por supuesto. Hoy en día las niñas no tienen la limitación de que no las dejen estudiar como si tuvieron estas pioneras. Muchas de las mujeres de esta exposición son afroamericanas, que, en la época de la segregación, era casi imposible acceder a un puesto de ingeniera porque no les dejaban estudiar en las universidades.
¿Esa falta de referentes femeninos es porque el papel de la mujer en la ciencia está minorizado?
Creo que sí, porque, de una forma u otra, las mujeres tienen que ser muy tenaces y renunciar a más cosas que un hombre para llegar a la misma posición. Parece que siempre tienes que estar justificándose. Por ejemplo, si una mujer quiere tener un hijo, tiene que parar su vida durante nueve meses y sacrificar parte de su carrera, cosa que al hombre, aunque sea padre, no le afecta de la misma manera. La falta de apoyo para la conciliación u otros factores implican que tengas que renunciar a mucho más para poder destacar como un hombre.
Además se suma el hacerlo en un ámbito muy masculinizado.
Hay que recordar que las primeras en programar ordenadores fueron mujeres, pero luego, de algún modo, las mujeres desaparecieron de las carreras de informática. Los ingenieros de hace años no querían usar los ordenadores porque decían que eso era “un trabajo de las mujeres que hacían los cálculos”, pero hubo un cambio y ganó prestigio ser programador informático, lo que desplazó a las mujeres.
¿Dónde se refleja la masculinización de la ciencia en el día a día?
Un buen ejemplo son los videojuegos, que muchas veces responden a gustos tradicionalmente masculinos como las guerras o el fútbol, y que hace que las niñas no se interesen. Hace parecer que ellos son mejores manejando los ordenadores.
¿Cree que hay sexismo en la ciencia?
Creo que sí. No tan visible como hace unos años, pero sigue habiendo micromachismos, falta de perspectiva de género… La prueba es que en la universidad entran más mujeres que hombres, pero si asciendes en la escala ves como el porcentaje de mujeres cae drásticamente en los puestos de mando.
