Hoy se cumple medio siglo del traslado de la estatua de Concepción Arenal al exterior del viejo Palacio de Justicia. Puede decirse que aquello fue con premeditación (la decisión fue tomada un año antes, alevosía (a traición y con cautela) y nocturnidad (se llevó a cabo de madrugada)
Las obras del nuevo emplazamiento las llevó a cabo la empresa constructora Suárez. Acababa de terminarse el edifico de la Audiencia y al concejal De la Fuente le pareció que, dada la relevancia de Arenal en temas juridicos, debería de estar cerca de donde se impartía justicia. A él y a la corporacion que presidia David Ferrer, no les importó que la estatua estuviera allí desde hacia 53 años ni lo que suponía para los vecinos como referente de la ciudad. Tampoco les afectó que durante todo el año 1968 La Región publicara numerosas cartas oponiéndose al traslado, incluidos don Ramón Otero Pedrayo, cronista de la ciudad, y Eduardo Blanco Amor . El Liceo hizo una encuesta entre 160 socios de los que solo tres se manifestaron a favor del cambio. Fue una cabezonería, más frecuente de lo deseado en algunos políticos .
La admiración de los abogados
En 1893, con motivo de la muerte de doña Concha, dos abogados, Alberto García Ferreiro y Vicente Nomdedeu Pardo tuvieron la idea de dedicarle una estatua en esta ciudad a la mujer a la que admiraban por su defensa de la justicia y las víctimas de la misma. Abrieron una suscripción popular que tuvo mucho eco debido en parte al número especial que el periódico local El Derecho dedicó a cantar las virtudes de doña Concepción y a la aportación de 3.000 pesetas por parte del Ayuntamiento. Cuando la escritora se enteró del proyecto dejó constancia de su humildad diciendo: "Las estatuas solo deben erigirse a los sabios, a los mártires y a los héroes, y yo no soy ninguna de estas tres cosas".
En mayo de 1898, cinco años después de su muerte, se inauguraba la estatua en los jardinillos frente a la Alameda. El acto no tuvo mucha solemnidad debido a los malos momentos que pasaba el país. Era una de las primeras que se le dedicaban en España (en la actualidad hay diez).
A la virtud, a una vida a la ciencia
Concepción Arenal, hija de un militar liberal y culto, nace en Ferrol y pasa su niñez en A Coruña y en Castilla. Asiste a la Universidad vestida de hombre en una época en la que las mujeres debían de asistir a las clases acompañadas de su padre y sentarse al lado del profesor. Se casa con el escritor Fernando García Carrasco, que la apoyó en toda su carrera y con el que tuvo tres hijos. Los derechos de los presos, la defensa de los débiles y la emancipación de la mujer fueron sus caballos de batalla durante toda su vida, oponiéndose a la pena de muerte y defendiendo la reforma de las prisiones. Estas preocupaciones quedan reflejadas en su extensa obra: “Los incorregibles”, “La protección de la infancia”, “El visitador del preso”, “Estudios penitenciarios” , “La emancipación de la mujer en España”, etc. Su trabajo sobre la ciencia jurídica y sociológica fue reconocido en toda Europa. En 1907 se publica en Buenos Aires un libro-homenaje en el que participan 140 ilustres españoles y americanos. El prologuista , Francisco Mañach, la califica como “la mujer más grande del siglo XIX”. Esta enterrada en Vigo y sobre su tumba se lee este texto: "A la virtud, a una vida, a la ciencia".
La destrucción del Posío y de la plaza
El traslado de la estatua de Concepción Arenal supuso el comienzo de la destrucción del Posío como jardín romántico y acogedor. La fuente de la parte superior del jardín, conocida como “el bosque”, fue a ocupar el lugar de doña Concha, y el bosque se convirtió en un parque infantil. Después vendría todo lo demás, una construcción mastodóntica, la desaparición de la rosaleda y el asfaltado del camino central del jardín. Otra cabezonería de políticos que no respetan la memoria histórica de su ciudad.
Tampoco se salvó, sin que hubiera motivo, la plaza del Obispo Cesáreo donde estaba la estatua. Siguiendo un proyecto del ingeniero Salomon Hassan, se arrasó con todos los árboles, se quitó la balaustrada que delimitaba la plaza por delante, se creó paso de coches rodeando la plaza, con aparcamiento incluido, y se intentó pavimentar con azulejo, cosa que, por suerte, no llegó a hacerse.
Una estatua en bronce
Se convoca concurso para la estatua siguiendo las normas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. El escultor Aniceto Mariñas hace el proyecto y Parada Justel, junto con V. Gulías, diseñan el pedestal de granito. La estatua en bronce fue fundida en Barcelona . Mide 2,60 metros de alto en total. El pedestal primitivo media 2,30 por 1,55 por 1,55. Con el cambio de lugar se cambió el pedestal.
Según la descripción de Mercedes Gallego en su libro “Evocaciones en piedra y bronce”, doña Concepción va vestida de andar por casa –de donde salía muy poco- con un manto que deja caer ,un característico moño , una pluma en la mano derecha y papeles en la izquierda , a los pies una cadena y un libro de leyes .
La opinión de doña Concha
-En fin ,sapiente señora,
ya conoce la cuestión .
-Cómo no, si a cada hora,
la gente, al pasar ahora
me trae aquí La Región.
-Como ve, carta tras carta,
el pueblo su voto emite
y de continuo repite
que no y que no, y no se harta
de hacerlo.
-Si me permite,
yo le diré que agradezco
la decisión orensana
hacia mí. No la merezco.
-¿Quiere decirme qué tal
se encuentra en este lugar?
-De maravilla. El estar
tan alta en el pedestal
nunca me ha venido mal.
-¿Y no se aburre en su “losa”?
-¿Cómo pregunta tal cosa?. Tengo la pluma
y así nunca estoy ociosa.
Tengo diversión a cientos
Desde esta altura
se oyen mil conversaciones
y se escucha la dulzura
de amorosas confesiones.
Enfrente está la Alameda
que, cuando llegan las fiestas,
de mil funestas honestas
se llena pronto. ¿Y las puestas
del astro rey por Piñor?
Esa sé que es maravilla,
sobre todo cuando astilla
las nubes con su fulgor
y en el cielo se encastilla.
Y aunque a veces el Barbaña
me envía su extraño efluvio,
eso a mí ya no me extraña,
lo mismo que si un diluvio
de arriba abajo me baña.
Tan acostumbrada estoy
a estos queridos parages
que a cambio yo no los doy
por los más bellos paisajes
del mundo. Por eso soy
contraria a cualquier intento
de trasladarme.
Aquí tengo mucho espacio
y seguir aquí pretendo
de mil años por espacio.
En este sitio he nacido
y en él hasta hoy he estado.
Nunca de aquí me he movido,
jamás marcharme he pensado.
Aquí feliz siempre he sido.
Poema del periodista F. Álvarez Alonso, publicado en La Región en 1968 con motivo del cambio de lugar de la estatua.