entrevista - cine

"Nos pone entrar en Netflix y con una peli que tendría que verse en los institutos"

Greta Fernández y Natalia de Molina
photo_camera Greta Fernández (Marcela) y Natalia de Molina (Elisa), durante una escena del rodaje.

Natalia de Molina y Greta Fernández son "Elisa y Marcela", la historia de amor entre dos gallegas a principios del siglo XIX que Isabel Coixet llevaba diez años intentando contar

La directora encontró el talento de estas dos actrices que son "una" en la película que ayer llegó a cines seleccionados y el 7 de junio desembarca en Netflix, la gran plataforma. Como la cineasta, De Molina y Fernández también guardan un buen recuerdo de los paisajes ourensanos que aparecen en el largometraje. "Son cuadros, espectaculares", dicen.

¿Qué es lo más fascinante de los dos papeles?

Natalia de Molina (Elisa): Elisa y Marcela son dos personajes que no se entienden el uno sin el otro. Eso es lo bonito. Es un amor muy puro, son un mismo corazón.

Greta Fernández (Marcela): La fuerza que tienen las dos juntas para tirar adelante con todo para poder estar juntas. No sé si la gente hoy en día tiene tanta fuerza para luchar por las cosas que quiere. Cuando alguien defiende algo hasta el final, es muy fascinante.

¿Ha sido un trabajo de empatía fuerte?

G.F: No exactamente.

N.M: De generosidad más bien. El amor es un acto de generosidad y creo que como actrices teníamos que estar más abiertas.

¿Qué significará esta historia en su carrera?

G.F: De todas las películas te llevas algo en la mochila. Esta en especial tiene varios factores que hacen que sea más especial. El recuerdo nos va a quedar cada vez más bonito. De hecho, solo acaba de empezar. A ver a quién le toca, por qué le toca... tengo ganas de eso. De ver toda la repercusión que genera.

¿Primeras reacciones?

N.M: Sí. En el pase que hicimos en la premier, en Madrid y en Berlín. La gente conecta muchísimo. Hay mucho moquillo, mucha lágrima. Es bonito de ver cómo una película te llega, todo el mensaje y el poso que llega. Espero que si Elisa y Marcela viesen la peli se sintiesen muy orgullosas de lo que hemos hecho en el equipo.

¿Qué se siente rodando una historia sabiendo que fue real?

N. M: Elisa y Marcela son personas que han existido pero ha sido una historia invisibilizada. Eso te da más libertad en tirar con tu propuesta. Bueno, básicamente con la de Isabel, que se ve su sello en toda la película. Hay mucha gente que no conoce la historia. Nosotras no la conocíamos.

¿Cómo ha sido trabajar con Isabel Coixet?

G.F: Tanto para Natalia como para mí, ha sido un regalo muy bonito. Es muy generosa con las actrices y con el proyecto. Ha sido muy bonito conocernos de esta manera las tres. 

N.M: Ha sido muy fácil. Rodamos en cuatro semanas y la intensidad era muy importante. Pero ella lo tenía todo tan claro... Llevaba diez años intentando hacer la peli... Era muy guay ver cómo se arriesgaba y lo libre que es rodando.

¿Qué recuerdo se llevan de Ourense?

G.F: Recuerdo Pazos de Arenteiro, que era precioso. Me enamoró. Y cuando llegamos a Galicia. Comiendo ostras con Tamar Novas. ¡Y el pulpo!

El pulpo tiene su escena.

N.M: Sí, tiene su momento. Galicia es espectacular. He descubierto Galicia y quiero redescubrirla muchas veces más. Y se ve en la película. Los paisajes son espectaculares. La fotografía de la peli son cuadros.

¿Qué supone como actrices entrar en Netflix y que se vea todo el mundo esta historia?

N.M: A mí me pone. Y más con esta historia que tendrían que poner en los institutos.

G.F: ¡Me pone mazo! Cualquier actor sueña con que sus pelis se vean lo más lejos posible. Sigo soñando con trabajar fuera y que de repente, en castellano, se pueda ver en todo el mundo esto, es genial. 

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