Humberto V.B., de 43 años, ha vuelto a pasar por los calabozos de la comisaría por desobediencia y, tras comparecer ante el juez de guardia, retornar a las calles de la ciudad, en donde se ha instalado durante el estado de alarma. En total, según daba ayer a conocer la comisaría, ha sido detenido ocho veces en mes y medio por hechos que siempre tienen el mismo denominador común, su alcoholismo crónico.
En esta última detención, el pasado martes, cuando la brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional fue alertada porque molestaba a los clientes de un bar del centro, ya había acudido en siete ocasiones anteriores, entre las once de la mañana y las cinco de la tarde. La sala del 091 recibió siete llamadas relacionadas con el detenido en las que se decía que Humberto molestaba a los viandantes o clientes de los bares e incluso no pagaba las consumiciones (habitualmente bebe cerveza).
Ya por la tarde optaron por detenerlo porque "hizo caso omiso a las indicaciones policiales y mostró una resistencia activa". Cuando le dieron el alto, continuó caminando y se escondió en un garaje, en donde fue finalmente localizado. Esa misma tarde, uno de los agentes le había denunciado en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana ("ley mordaza") por falta de respeto a agentes de la autoridad y su negativa a identificarse.
Hasta la fecha, se ha librado de la cárcel porque los delitos por los que ha sido detenido no están considerados como graves si bien, según reconocen fuentes policiales, los incidentes que protagoniza a diario merman recursos policiales.
Aunque desde los servicios sociales del Concello se le ha brindado la opción de pernoctar en un albergue, no siempre la acepta o es expulsado por no acatar las normas.
