La flavescencia dorada de la vid es una plaga que no se encontraba con anterioridad en Ourense o en Galicia. Es una enfermedad transmitida por la cicadela, Scaphoideus titanus, que afecta principalmente a la vid y está causada por una bacteria parásita vegetal.
La presencia de esta afección en las viñas gallegas ha sido detectada recientemente. Este jueves fue publicado en el Diario Oficial de Galicia (DOG) la resolución de la Consellería de Medio Rural por la que declara la presencia de esta plaga y las medidas que se han adoptado para su erradicación.
Según el informe las regiones afectadas se encuentran en Pontevedra y Ourense en las regiones fronterizas con Portugal, país en el que esta enfermedad ya se encontraba presente desde 2006. Como medida, Portugal declaró una zona demarcada de flavescencia dorada colindante con varios municipios fronterizos gallegos, por lo que se estableció una zona tapón de 2,5 kilómetros, que incluye cuatro municipios gallegos infectados.
Los municipios afectados actualmente son, en Pontevedra: Crecente, Arbo y As Neves y en Ourense, Padrenda.
Cómo afecta esta enfermedad
Este enfermedad, originaria de América del Norte, fue detectada durante los últimos años en varios países europeos. El organismo que la causa es un fitoplasma, transmitido por un insecto volador, principalmente, la cicadela. Fue detectada por primera vez en España, en 1996.
Cuando una cepa está infectada por la flavescencia dorada, el organismo se instala en el floema de la planta, lo que produce que se seque poco a poco, reduciendo su productividad y llegando a causar la muerte de la cepa.
Medidas
Las medidas tomadas por la Xunta para reducir la posible expansión de esta plaga consisten en alertar a los vecinos de las zonas demarcadas acerca de la presencia de la misma. En caso de que los propietarios de las fincas detecten esta enfermedad en sus cepas, deberán aplicar un insecticida autorizado.
En caso de que se detecte la presencia de la plaga en una de las plantas, esta deberá ser arrancada y destruida, para evitar así la posibilidad de un contagio. En caso de que la afección supere al 20% de los ejemplares, todas deberán tener que ser arrancadas y destruidas.
En el caso de las fincas con plantaciones en situación de abandono, las especies silvestres de Vitis deberán ser destruidas, así como las especies que puedan ser portadoras de esta enfermedad.