El hallazgo el pasado sábado de un nuevo cebo con alfileres en la plaza 1000, en el barrio de O Vinteún, disparó la alarma en la Agrupación Vecinal Miño (integra a una veintena de asociaciones de vecinos), que exige medidas urgentes para identificar a la persona que los está esparciendo, que ya logró a mediados de la semana pasada que muriera un perro.
La agrupación se suma a las peticiones de las asociaciones de vecinos de Rúa do Vinteún y As Termas, además de la Asociación de Propietarios de Mascotas (APMOU) y el colectivo animalista Libera, que exigen medidas urgentes para poner fin a la situación. "Non podemos permitir que estos feitos sigan impunes", aseguró la presidenta de la Agrupación Vecinal Miño, Lorinda Fernández.
Las medidas se traducen en más vigilancia policial en los parques y calles de A Ponte, que es donde se concentra el hallazgo de los cebos. "Acabamos de pedir a la Subdelegación del Gobierno que permita que la Policía Nacional extreme la vigilancia e investigue lo que está pasando", apuntó una de las responsables de la asociación de propietarios de mascotas, Paqui Molina, puntualizando que ante el hallazgo de un nuevo cebo no solamente se debe avisar a la fuerzas de seguridad. "Es fundamental presentar una denuncia en comisaría o en el juzgado", asegura.
Este colectivo recomienda en su pagina en las redes sociales que nada más hallar un cebo con alfileres se llame al Servicio de Emergencias 112. Después exigir a las fuerzas policiales que hagan un informe y terminar denunciando los hechos.
Para Paqui Molina, la situación es de "máxima gravedad" porque está generando miedo e inseguridad entre los dueños de perros. Se la achaca a una persona que "está enferma" que pretende hacer daño.
Los primeros cebos ya aparecieron a principios del verano pasado. La Policía Local tiene en marcha un dispositivo de vigilancia (incrementaron los controles) pero reconocen que es difícil cazar in fraganti al autor para detenerlo.
