La catedral acogió este sábado el funeral en memoria de las víctimas del covid-19 que fallecieron durante el confinamiento, y no pudieron recibir un entierro en condiciones normales debido al contexto.
A la eucaristía, presidida por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, acudieron autoridades políticas, sanitarias y representantes de los cuerpos y fuerzas del estado, como el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices. A todos agradeció Montanet su presencia en el acto, así como a los seminaristas, sacerdotes y el resto de la comitiva religiosa que estuvo presente durante el oficio.
El evento comenzó con el simbólico encendido, por parte de un sacerdote, una religiosa y un laico, del cirio pascual, representando el ciclo de la vida, muerte y resurrección que los difuntos están experimentando. El obispo recalcó que la Iglesia se mantuvo "siempre abierta", con especial foco en el trabajo de Cáritas. "Esta tempestad ha puesto a la luz del día nuestra vulnerabilidad y dejó al descubierto esas falsas y superfluas seguridades en las que habíamos construido nuestras agendas, proyectos y prioridades", expresó el obispo.
Al lado de la caridad
Lemos Montanet, que apeló a extraer conclusiones de una pandemia –"que nos hace a todos iguales"–, dejó claro que la iglesia tiene que ser más activa en la comunidad: "Esta situación nos ha ayudado a reforzar nuestra posición en el lado de la caridad. Debemos ser partícipes del progreso social, y no caer en el espiritualismo ingenuo que no suma".
El oficio se cerró recordando, con una oración, a las personas afectadas por la pandemia, y dedicando unas palabras de ánimo y consuelo a sus familiares, presentes durante el acto.