Adif pisa el acelerador con 30 contratos tramitados para poder cumplir el plazo comprometido
Como un ciclista, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) se está enfrentando a una verdadera contrarreloj para cumplir el compromiso adquirido por el anterior Gobierno central, del PP, y ratificado posteriormente por el actual, del PSOE, de que las obras de la línea de alta velocidad entre la Meseta y Ourense estarán rematadas a finales de 2019 para así comenzar el período de pruebas antes de la puesta en servicio comercial.
Por esto, el organismo dependiente del Ministerio de Fomento se ha visto obligado a pisar el acelerador con las licitaciones pendientes, cuyos plazos de ejecución obligaban a su tramitación cuanto antes para poder llegar a tiempo el próximo año. De esta manera, hasta 30 contratos –entre los adjudicados y los que están con el concurso abierto–, se han celebrado en lo que va de 2018, que suman conjuntamente una inversión de unos 358 millones, de los que 150 han llegado en las últimas semanas en un último acelerón, de una magnitud que no se veía desde hace más de seis años, cuando se adjudicaban los contratos más costosos de los subtramos.
Procesos
El presente ejercicio comenzaba con la resolución de contratos como los del ramal de conexión en Taboadela para unir el nuevo trazado y el convencional, actuación incluida en la solución provisional contemplada para sortear la falta de la variante exterior, que no estará lista hasta 2025 si se cumplen las proyecciones presupuestarias del Gobierno.
En esta solución, también se han activado los procedimientos para la remodelación de vías y andenes en la estación de Ourense, adjudicada por 11,3 millones, el cambiador de ancho en Taboadela (cinco millones), la implantación del ancho estándar entre esta localidad y la estación del Empalme (21,8 millones) o las actuaciones complementarias en el tramo (8,1 millones).
Entre los proyectos que ya se están ejecutando destacan también varios suministros de traviesas (40,7 millones), balasto (16 millones) o carril (18,8 millones), elementos necesarios para el montaje de la vía.
Para esa actuación también ha sido necesario sacar a licitación la construcción de las bases de montaje en A Mezquita y Meamán (12,4 millones), el proyecto propio del tendido de la vía (55 millones).
A todo ello, también con un presupuesto muy importante, se suman las instalaciones de protección y seguridad en los túneles entre Pedralba de la Pradería y Ourense (91 millones) y los procedimientos relativos al suministro eléctrico para los trenes, como la catenaria o el telemando, que supondrán una inversión de unos 57 millones.
Con un margen que no permite distracciones, ya que los plazos están medidos al milímetro para llegar al 2019, Adif debe resolver todos los concursos en las próximas semanas para evitar una nueva demora en un proyecto troncal para Ourense.
La construcción de la línea obliga a realizar varios transbordos de viajeros en autobuses
Como ya sucediera en los primeros días de agosto, Adif y Renfe programaron ayer un corte de la línea ferroviaria entre Ourense y Zamora para acometer una serie de obras necesarias para la apertura de la variante de Pedralba de la Pradería, dado que el nuevo trazado de alta velocidad se cruza en esta zona al mismo nivel con el convencional.
Esto obligó a programar un plan de viaje alternativo para los pasajeros de siete trenes Alvia (en ambos sentidos), que tuvieron que realizar en autobús el trayecto entre Ourense y Zamora, en una jornada además con una elevada ocupación de los convoyes, como demostraba que varios días atrás ya no se pudiesen adquirir billetes.
Desde hoy, los trenes ya podrán circular en los horarios habituales programados por Renfe. A su paso por Pedralba de la Pradería lo harán por una variante de algo más de 1,6 kilómetros que permitirá proseguir con los trabajos de la nueva infraestructura.
