Política - ourense

Obras, compras o convenios, pendientes de los remanentes

María Elisa Fernández
photo_camera María Elisa Fernández, delante del edificio. (MARTIÑO PINAL)

El Concello aprobó a finales del año pasado diferentes inversiones por unos 20 millones de euros

Como cada año, el gobierno local de Ourense espera por la liquidación del presupuesto del ejercicio anterior para hacer frente a obligaciones comprometidas, como pueden ser los convenios con las diferentes entidades de la ciudad o indemnizaciones judiciales, activar la ejecución de obras o mejora de los diferentes y desbloquear operaciones como compra de edificios acordadas con vecinos.

En este sentido, el pleno del Concello daba luz verde a finales del año pasado a un cuantioso paquete de modificaciones de crédito, por un importe de alrededor de 20 millones de euros, cantidad que en su mayor parte pretende destinarse a acometer mejoras en la ciudad.

Así, por un lado hay reservados casi nueve millones que se corresponden con los proyectos incluidos en el plan de inversiones consensuado con las federaciones vecinales a finales de 2016, que dejó una larga lista de actuaciones en el tintero como los primeros elevadores mecánicos para salvar desniveles, en la Cruz Alta y Ervedelo. La mayoría de los proyectos están ya preparados para ser licitados, con algunos incluso esperando solo por los fondos para poder convertirse en realidad.

En el capítulo de obras, el gobierno local también ha incluido otras actuaciones, que afectan especialmente a la mejora de calles (Bedoya, Pardo de Cela o Saínza son algunos ejemplos), pero también a prolongar el paseo del Barbaña entre la antigua cárcel y La Molinera o el Campo da Festa en Velle.


Actuaciones


Fuera de las obras, un apartado que preocupa mucho al tejido social, comercial o cultural de la ciudad es el abono de los convenios comprometidos, una situación que se repite cada año y que les ha llevado a no cobrar hasta bien avanzado el año.

La mejora del parque de bomberos, que se ejecutará a través de los fondos aportados por Unespa, también está en la mesa, provocando en las últimas semanas movilizaciones del cuerpo, con incluso una huelga de hambre en la praza Maior.

Además, el Concello también sigue sin abonar el dinero comprometido (412.000 euros) para unos vecinos de la avenida de As Caldas, atrapados en un conflicto urbanístico que arrancó en 1964, para la adquisición de un inmueble en ruinas que se debe demoler para mejorar una zona de A Ponte muy degradada. Por ahora, deberán seguir esperando.


"No pido limosna, solo lo que me pertenece"


Una de las vecinas afectadas por el problema urbanístico en la avenida de As Caldas es María Elisa Fernández González, que no oculta su preocupación por la demora en el cobro de la cantidad que le prometió el Concello.

"Tengo una enfermedad degenerativa y muchos años encima, no pido limosna, solo pido lo que me pertenece. No sé cuándo se realizará el pago", sostiene la vecina pontina, que asegura estar dispuesta a pelear "lo que haga falta" para solucionar el problema.

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