La opción vegetariana, todavía escasa en bares y restaurantes

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La ciudad se queda corta para atender la variada demanda gastronómica: "No es solo ensalada"

La oferta gastronómica de la ciudad se queda corta para aquellos cuya dieta no incluye carne y pescado. La demanda de menús alternativos va en aumento, pero todavía son pocos los locales que ofrecen platos aptos para todo tipo de alimentación. Los ourensanos con dieta vegetariana (sin carne ni pescado) y vegana (sin ningún alimento de origen animal) reclaman más opciones en los menús,  al margen de la tortilla de patatas, la lechuga y los pimientos de padrón. 

"Cuando voy a eventos como bodas o comuniones ya sé que no voy a comer, así que antes de salir picoteo algo en casa, y al salir tengo que comer, claro", asegura Carmen Varela, vegetariana desde hace poco más de dos años. "Hay ciertos bares a los que ya no voy porque ya sé que no hay nada que yo pueda comer, es difícil. En ciudades como Vigo, por ejemplo, ya tienes muchas más opciones", apunta Thalía González, vegana. "Las comidas familiares son un problema, porque no encontramos lugares en los que yo pueda comer más que una ensalada", comenta Nerea Dapena, vegetariana. 


¿Dónde comer?


En la ciudad, el restaurante Shangri-la y la tapería Luscofusco son los dos únicos establecimientos cuyos menús son íntegramente vegetarianos. "Mi socia es vegetariana, por eso el restaurante también lo es, conoce la falta de oferta que suele haber", explica Francisco Molanes, socio propietario del Shangri-la, que se abrió en la ciudad hace cinco años. A su restaurante llegan tanto vegetarianos como veganos, así como personas con algún tipo de intolerancia y muchos curiosos. "Aquí adaptamos todos los platos a las necesidades, y viene mucha gente que come carne pero quiere probar. A los escépticos siempre les decimos que cierren los ojos y prueben, porque se quedan sorprendidos", asegura. Las reinas del menú, las croquetas de grelos.

La tapería A Saia da Carolina ofrece varios platos veganos y vegetarianos para adaptarse a las diversas opciones gastronómicas. "Ayer –por el viernes– vino una pareja de Vigo que pidió opciones veganas, y los chicos nos dijeron que para ellos era muy difícil encontrar un local donde comer", señalan desde A Saia. En su menú se puede encontrar tartar de aguacate, tacos de frijoles o tempura de verduras, y los nachos también se adaptan a la opción vegana. 

Algunas cadenas de comida rápida se suman a la dieta vegetariana, no sin críticas. "No me parece bien recurrir a ellas, sigue siendo una empresa que financia mataderos, en definitiva", defiende Julián Puente. 


¿La salud?


A pesar de no tomar proteínas de origen animal, vegetarianos y veganos aseguran que es posible una dieta sana y equilibrada, en la que se vuelve necesario prestar atención a ciertos elementos como el hierro o la vitamina B12. "En mi caso es necesario suplementar la B12 y tienes que mantenerte atenta a cómo estás y si tienes bien los valores. Mis padres son médicos, así que también me guían un poco", dice Thalía González. 

La ingesta de más verduras y hortalizas mejoró la salud de muchos, como Nerea Dapena o Carmen Varela. "Siempre tuve muchos problemas de digestión, y desde que soy vegetariana me noto con más energía, y sin los problemas de antes", asegura Nerea Dapena. "Siempre padecí de estómago y tenía un tratamiento de por vida con el que no mejoraba", explica Carmen Varela. Después de que le detectasen celiaquía, quitó también carne y pescado de su dieta: "Desde entonces he notado un cambio brutal". Defiende que el deporte y la dieta vegetariana son compatibles: "Yo entreno mucho y no tengo ningún problema".


“Tienes que buscar información y llevar una dieta un poco guiada"


La decisión de cambiar la dieta alimenticia supone la búsqueda de información o el asesoramiento con profesionales. "Cuando decidí eliminar la carne y el pescado contacté con un nutricionista para que me enseñase a elaborar los platos sin tener deficiencias de ningún tipo", recuerda Nerea Dapena. "Yo tuve varias sesiones con un nutricionista y he leído mucho sobre el vegetarianismo para conocer más sobre los alimentos", apunta Alba Ortega. 

En muchos casos, la dieta también va acompañada de analíticas y revisiones, que ayudan a tener mayor conciencia sobre la importancia de una buena alimentación. "Se puede tener una mala alimentación siendo tanto omnívoro como vegano, depende mucho de lo que ingieras y de cómo distribuyas los alimentos", apunta Thalía González. "Tienes mogollón de ofertas distintas y súper deliciosas, es cuestión de buscarlo", opina.


Críticas sobre la alimentación: “Las escuchas incluso en tu familia" 


"En mi entorno hay muchos que no entienden que no coma carne, otros lo aceptan, pero te siguen mirando como si fueses la rarita", explica Carmen Varela. "Cuando cambias tu estilo de alimentación y de todos los que se sientan contigo a la mesa eres el único que comes distinto, te miran raro. Creo que es algo común entre los vegetarianos", apunta. Para muchos no es raro escuchar comentarios de valor cada vez que comparten una comida con personas omnívoras. "Sí me he sentido juzgada, pero es cierto que de que te hagan comentarios nunca te salvas, tanto por ser vegetariana como por cualquier otra cosa", opina Alba Ortega. "A mí no me ha pasado, pero sé que es común", apunta Julián Puente. 


Nerea Dapena asegura que todavía se siente juzgada en ciertas situaciones, un año y medio después de ser vegetariana. "Tanto socialmente como en la propia familia", dice. "A mí la gente me decía que lo hacía porque quería estar más delgada, aunque no tenía nada que ver", recuerda Varela. n
 


Las voces


Carmen Varela (Vegetariana): Hace poco más de dos años, Varela decidió cambiar su dieta por motivos de salud. "Me detectaron celiaquía y dejé la carne porque no me sentaba bien, desde entonces he notado un cambio brutal, dejé de tomar medicación", explica. A la salud también se le unió la concienciación: "Recuerdo que mi padre me enseñó una granja de pollos, me dio mucha pena aquello". 

Thalia González (Vegana): Thalía González tomó la decisión de forma paulatina: "Primero dejé de comer lácteos y luego cada vez menos carne, para que el cuerpo se fuese acostumbrando gradualmente". Para ella fue decisivo un trabajo sobre explotación animal del instituto: "Me parecía fatal que los animales viviesen encerrados toda su vida".

Nerea Dapena (Vegetariana): Nerea Dacosta es vegetariana desde hace año y medio, aunque pensaba en la posibilidad de cambiar su dieta tiempo atrás. "En Bachillerato leí información, vi documentales, tenía amigos vegetarianos... No me sentía bien comiendo carne, y cuando me fui a la universidad vi el momento en el que podía decidir, más o menos, qué comer", explica. 

Julián Puente (Vegetariana): Desde hace año y medio, Julián Puente decidió hacerse vegetariano. "Tomé la decisión por tema medioambiental y también por conciencia, después de informarme sobre el tema", explica. En su caso, antes de cambiar la dieta ya prestaba atención a su alimentación: "Tenía una dieta equilibrada, por lo que en cuanto a mi salud, estoy bien, como antes". 

Alba Ortega (Vegetariana): "Tomé la decisión hace más de tres años porque consumía muy poca carne y pescado y me parecía más coherente intentar dejar de consumirla", señala Alba Ortega. Desde su cambio de dieta, asegura que ha descubierto una amplia variedad de alimentos y comidas que disfruta y le hacen sentir bien. "Al final al cuerpo le sientan bien los vegetales y las verduras", dice.

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