Tráfico insta a la consellería a reforzar la señalización y limitar la velocidad
Los accidentes graves de estos últimos años han puesto un punto gris, que no negro, en dos carreteras de la provincia que discurren por Viana do Bolo y Coles. Esto es, la OU-533 (Gudiña-A Rúa) y la N-525 (Santiago-Benavente), respectivamente.
En la OU-533, una persona perdió la vida y 10 resultaron heridas durante el pasado año (en 2014, hubo dos muertos). Según valoran fuentes de Tráfico, la carretera se halla bien conservada pero se caracteriza por su trazado sinuoso y el tráfico pesado que soporta. En estos últimos años, hubo accidentes graves en los que se vieron implicados camioneros que no eran de la zona. Por esta razón, la Jefatura Provincial de Tráfico envió un informe a la Xunta, la administración titular de la vía, para que refuerce la señalización que alerte del tramo de accidentes y elimine dos señales que permiten una velocidad máxima de cien kilómetros hora. En los accidentes mortales en esta vía, según la Guardia Civil, la causa más frecuente son las salidas por despeñamientos o vuelcos debido a los excesos de velocidad.
La otra cuestionada carretera, punto negro en alguna ocasión, es la N-525 a su paso por Cambeo (Coles). A lo largo del pasado año, apuntó dos heridos graves, pero su historial es mucho más trágico. Desde 2010 hasta la fecha, hubo 34 accidentes con víctimas (siete muertos, 12 heridos graves y 26 leves). La Dirección General de Tráfico ha instalado el primer radar de tramo (comienza a operar el 17 de marzo). Asimismo, según confirmó Celso Delgado, vicepresidente segundo de la comisión de Fomento, el ministerio ejecutará próximamente obras de mejora del firme con microaglomerado en frío para propiciar el agarre de los vehículos, acometerá la renovación de la señalización horizontal con resaltos sonoros, delimitará los dos sentidos de circulación al tiempo que estudia la reordenación de algunos accesos.
