INNOVACIÓN

Una ourensana estudia el uso de la mecánica cuántica en ordenadores

photo_camera La investigadora María Martínez Valado, en el laboratorio de trabajo de la Universidad de Pisa.

Los llamados átomos de Rydberg, pieza central de su tesis doctoral 

Buena parte de las tecnologías que marcarán nuestro futuro tienen que ver con la óptica. La prueba más fehaciente de ello ha sido la concesión del último Premio Nobel de Física a los inventores de la bombilla LED de bajo consumo, y este ha sido el detonante de que muchos investigadores apuesten por el trabajo en ámbitos como el láser, las telecomunicaciones ópticas, la nanotecnología o la biomedicina.

Éste ha sido el caso de la ourensana María Martínez Valado, que se licenció en Física por el Campus y completó el máster de Fotónica y Tecnologías del Láser que se desarrolla en Vigo coordinado por el profesor Humberto Michinel. En estos momentos, se encuentra completando su doctorado en la Universidad de Pisa (Italia), con una tesis en la que estudia las correlaciones que surgen de un sistema constituido por los átomos de Rydberg, una investigación que podría permitir importantes avances tecnológicos en el ámbito de la informática.

Los llamados átomos de Rydberg son aquellos en los que uno o más de sus electrones están excitados a un nivel de energía muy alto. "Debido a ello, presentan propiedades muy características, como la alta sensibilidad a campos externos, interacciones atómicas muy fuertes o dimensiones exageradas, en comparación con un átomo en estado general", explica, poniendo como ejemplo de estas dimensiones la diferencia de distancias entre el electrón y el núcleo, que si en el caso de un átomo fundamental "equivale a la distancia a la que vuela un avión comercial, en un átomo de Rydberg sería mayor que la distancia entre la Luna y la Tierra".

El estudio de sistemas de partículas con este alto grado de interacción, explica, "permite aprender más sobre sistemas similares de la naturaleza, pero mucho más complejos". Para ello, el trabajo experimental en el laboratorio se antoja fundamental, ya que así "tenemos un alto grado de control sobre parámetros como el número de átomos presentes en el sistema o el grado de interacción entre ellos", y construir sistemas regidos por la mecánica cuántica que reproducen las características de un sistema real mucho más complejo y son a la vez más fáciles de controlar.

Una de las grandes aplicaciones que podrían tener en el futuro los átomos de Rydberg tiene que ver con la informática. A partir de estas partículas, explica María Martínez, "se podrían crear los denominados bits cuánticos, o Qubits, que son la unidad de información de los ordenadores cuánticos", de igual modo que el bit lo es para los ordenadores digitales. "Este tipo de tecnologías permitirá realizar en el futuro operaciones complejas de forma mucho más rápida de la que nos permiten los ordenadores actuales", explica.

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