Un ourensano dio un vuelco a su vida gracias a un trasplante de riñón

Fernando Loureiro, en la carpa informativa de Alcer, ayer en el parque de San Lázaro.
photo_camera Fernando Loureiro, en la carpa informativa de Alcer, ayer en el parque de San Lázaro.
Fernando Loureiro entró en quirófano el pasado enero a la vez que su mujer. Ella decidió donarle uno de sus riñones sanos para poner solución a la enfermedad poliquística que sufre Loureiro, que reducía lentamente su actividad renal desde hacía cinco años. 

Una hora y veinte minutos. En ese reducido espacio temporal, Fernando Loureiro recuperó su vida el pasado 10 de enero tras cinco años marcados por el deterioro de sus riñones. Entró en quirófano para recibir el regalo más importante de su vida, a la vez que la persona que decidió donarle un riñón en vida: su mujer. “No puedo describir en palabras lo que supuso su donación, ni mi mujer puede explicar lo que siente como donante”, reconoce Loureiro. 

Ella lo decidió un día, en la consulta con la nefróloga. “Hablando con la médica nos planteó que la donación era una buena opción, ya que mis riñones empeoraban. Era o eso, o diálisis. Y mi mujer dijo ‘se lo doy yo’. Listo, y así fue”, recuerda. La operación supuso un cambio radical para él: “Mejoras en todo, sobre todo mejoras psicológicamente, y cuando eso pasa, mejoras en todo el resto”.

Estos primeros seis meses fueron claves, ya que su cuerpo podría haber rechazado el órgano. “Los médicos, cuando me dieron el alta, me dijeron que preferían verme estos seis meses que en 10 años. Porque ahora, si hubiese algún problema, aún tendría solución. Pero en 10 años no, tendría que empezar diálisis y volver a recibir un riñón”. Por su parte, su mujer también pasó con éxito el postoperatorio: “Ella trabaja ya, como si nada, sigue el ritmo normal de su vida, el que tenía antes de donarme el riñón”. 

En este sentido, Loureiro asegura que la sociedad no es consciente de la importancia de una donación, tanto en vida como después de morir. “Si la persona está viva tiene muchas ventajas, tal como le sacan el órgano, se lo ponen al receptor. Por eso mi operación duró tan poco”, detalla. Pero si no es en vida, es igual de importante. “Una vez que te vas de aquí, por lo menos dejas algo, porque ese riñón, esa córnea, esa médula, esos intestinos que puedes donar ayudan a una persona a llevar una vida mejor. Aprendamos a donar”, reivindica. Actualmente, 250 gallegos esperan por una donación de riñón para, al igual que Loureiro, recuperar su calidad vital. “La gente no sabe lo que es, lo necesario que es”, insiste.

Un camino difícil

Loureiro sufre enfermedad renal poliquística, una patología de tipo hereditario. “Mis hermanas también la tienen, pero toman medicación y están perfectamente controladas. A ellas no les afectaron tanto los quistes renales como a mí”, explica. 

Desde que los médicos detectaron el daño en sus riñones, hace cinco años, su vida se detuvo. “De ir al trabajo todos los días, contento y feliz, pasé a tener que parar por culpa de la enfermedad”, comenta. Sin encontrar respuestas a sus preguntas en el Sergas, acudió a la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades de Riñón (Alcer). “El que me ayudó fue Alcer, el que me dio un plan a seguir con la alimentación y el que ofreció apoyo psicológico. La seguridad social se queda muy corta, y es esta gente quien, desinteresadamente, te acompaña”, recalca. Por eso pide más ayuda a las administraciones: “Que hagan un esfuerzo y se preocupen más de este tipo de entidades”.

Cambiar la alimentación fue clave para evitar el avance rápido de la enfermedad. “Tenía que hacer maravillas para poder comer, porque si no te cuidas avanza en menos tiempo. Si quería hacer un caldo de los nuestros tenía que dejar los grelos 24 horas en remojo, la patata la tenía que dejar no me acuerdo cuánto… Ya me olvidé de cómo se hacía. Tienes que andar cuidándote todos los días, y aun así te pones amarillo porque no te filtra el riñón”, explica. 

Ahora, su dieta ha vuelto a la normalidad, aunque mantiene ciertas pautas, como no condimentar los alimentos con sal. “Ahora si quiero comer un plátano, me lo como. Obvio no me puedo comer tres, porque entonces me va a hacer daño, pero con respetar los tiempos es suficiente. Puedo beber una copa de vino si quiero”, asegura. Loureiro recuerda la importancia de cuidar la alimentación: “Mucha de la comida que comemos es una porquería. Es importante reducir el consumo de estabilizantes, que son todos los ‘e’ que aparecen en ciertos alimentos, todos a base de potasio y fósforo, que te dan sabor”.

Nutrición y estética: clave para los pacientes de riñón

Representantes de Alcer y de Lúa Perruqueiros, ayer, en la mesa informativa.
Representantes de Alcer y de Lúa Perruqueiros, ayer, en la mesa informativa.

Alcer colocó ayer una carpa informativa en el parque de San Lázaro con motivo del Día del Donante, con el objetivo de concienciar a la población. “Queremos promover que baixe a lista de persoas que están esperando por un transplante de ril (250 en toda Galicia)”, explica Carmen Dorado, coordinadora de la entidad. En esa línea, recuerda el impacto vital en los pacientes de riñón de acudir a diálisis varias veces por semana al hospital. “En moitos casos as persoas teñen que parar a súa actividade laboral, e noutros casos, cando xa están xubilados, tamén lles corta a súa vida”, detalla. 

En la mesa informativa de San Lázaro estuvo presente la nutricionista de la entidad, para poner foco en la importancia de la alimentación en la enfermedad renal. Además, Alcer quiso contar con la participación de Lúa Perruqueiros, “porque coidarse por fóra tamén axuda a sentirse mellor”. Rosa Lamas y Beatriz Oliveira, de la empresa de estética, reivindicaron los beneficios del cuidado del cuero cabelludo y de la piel en la salud y la autoestima propia.

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