Suceso

Al ourensano muerto en México le tirotearon desde una motocicleta

Los delincuentes lo llamaron antes por teléfono para que saliera a la calle

La investigación de la muerte del empresario ourensano asentado en México José González González, de 72 años, en la tarde del pasado domingo, dio en las últimas horas un giro después de que la Policía y Fiscalía de Homicidios mexicana inspeccionaran varias cámaras de seguridad que hay instaladas a lo largo de la calle José Martín, en la misma capital del país, en la que fue abatido el industrial de un disparo de pistola en la cabeza.

 

 

En las grabaciones se aprecia a dos individuos, que circulaban en una motocicleta, deteniéndose enfrente del negocio hostelero en el que estaba el empresario. Uno de ellos se apeó y disparó el arma contra José González nada más salir a la calle. Acto seguido, se subió de nuevo a la moto y se dieron a la fuga .

El empresario quedó tendido en el suelo aún con vida. De hecho, una ambulancia de Urgencias Médicas, lo trasladó con vida al Hospital Cos, situado en la colonia Roma, donde terminó falleciendo.

El médico que lo atendió, Daniel Aguilar, explicó a la prensa local mexicana que José González presentaba una herida de bala "en la parte frontal del cráneo". El propio fiscal encargado de la investigación, Guillermo Terán, aseguró que los dos hombres que le dispararon lo esperaron a que saliera del restaurante y que posiblemente lo estaban vigilando .

José González estaba en un negocio hostelero conocido como Cantina el león de oro, del que es copropietario junto con Manuel Silva. Ambos estaban antes de las 21,30 juntos en una mesa y, según explicó su socio, lo llamaron al teléfono móvil, respondió, se levantó y salió a la calle. "Escuché un disparo y acto seguido se armó un revuelo de gente. Al salir, lo encontré tendido en el suelo", apuntó Manuel Silva.

El fallecido, oriundo de San Amaro y casado en Beariz, donde estuvo hace unos meses de vacaciones, ya había sufrido amenazas. La policía mexicana solicitó a su familia un listado de sus negocios –regentaba locales de hostelería y combustible– con el objetivo de encontrar alguna pista que le permita conocer el móvil del crimen e identificar a los asesinos. Inicialmente, los agentes barajaron la hipótesis del robo pero el industrial tenía con él el dinero que llevaba encima. 

 

Te puede interesar