Los ourensanos apenas notan la bajada del IVA en alimentos

Frutas y hortalizas en una tienda de vegetales de la Plaza de Abastos de la ciudad.
photo_camera Frutas y hortalizas en una tienda de vegetales de la Plaza de Abastos de la ciudad.
La reducción del IVA del 4% al 0% en productos básicos casi no ha supuesto un impacto en los hogares de la provincia

A pie de calle, los ourensanos apenas aprecian la supresión del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de los alimentos básicos que debía hacer más llevadera la cuesta de enero. En principio, la reducción establecida por el Gobierno debería bajar los precios de alimentos básicos como el pan, las verduras o el queso. A estos artículos se les aplicaba un gravamen hiperreducido del 4%, pero desde que comenzó el año el porcentaje se ha reducido al 0%. Por lo menos en la teoría. Para comestibles como los aceites o las pastas estaba establecido un tributo reducido del 10%. Tras las medidas anticrisis con las que el Ejecutivo central comenzó el año, esa carga fiscal se redujo al 5%.

Sin embargo, se trata de medidas que parecen quedar limitadas al papel. La reducción del IVA no se nota demasiado en las cestas de la compra. Cuando se pregunta a los consumidores por el asunto, las respuestas son parecidas. “Non se nota moito”, dice Aurora. La bajada real del precio al no cobrar el IVA es de un 3,85%, un descenso bastante exiguo si no se adquieren grandes cantidades. “Para notar algo habería que facer compras moi grandes, pero se vas pouco a pouco, non notas moita diferenza”, comenta Aurora antes de entrar en la Plaza de Abastos de la ciudad. La situación para llegar a fin de mes sigue siendo igual de complicada que hace un año: “Incluso peor, coa subida da electricidade e a gasolina”.

Mientras tanto, Antonio sale de la Plaza. “Compro poco, pero supongo que la bajada del IVA habrá aliviado algo”, opina. Pero en la parada de autobús, una pareja contradice sus palabras. La mujer es rotunda: “Eu non noto nada, nin no pan”. Y aunque sí hay panaderías donde la barra ha pasado de costar un euro a 96 céntimos, salen a flote las quejas por negocios que parecen escaquearse de cumplir con la medida. “O pan seguen cobrándonolo igual”, protesta.

En lo que sí coinciden los ourensanos consultados a pie de calle es en que vivir es más caro. Esta medida fiscal contra la crisis seguirá en vigor hasta el 30 de junio siempre y cuando la inflación subyacente de marzo no baje del 5,5% interanual. Aun así, su impacto en las economías domésticas es limitado. De hecho, ni siquiera afecta a carnes, pescados o conservas, ya que mantienen su IVA al 10%. La eliminación del IVA solo afecta, en concreto, al pan, harinas panificables, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, legumbres y cereales.

Los jóvenes tampoco perciben un ahorro significativo. Diana lamenta que ir al supermercado cada vez es más doloroso. “El otro día fui a comprar cuatro cosas y gasté 20 euros”, relata. Eso no impide que aprecie cierta reducción. “Por ejemplo, el aceite bajó algo”, comenta, pero interpone un pero: “Más o menos, en vez de ser 20 euros, gastas 19. No lo noto”.

Aurora:

“PARA NOTAR ALGO HABERÍA QUE FACER COMPRAS GRANDES, PERO SE VAS POUCO A POUCO, NON NOTAS MOITA DIFERENZA”

Diana

“ALGÚN PRODUCTO BAJÓ ALGO, PERO NO LO NOTO; EL OTRO DÍA FUI A COMPRAR CUATRO COSAS Y GASTÉ 20 EUROS”

Los negocios siguen limitando márgenes tras rehacer las listas de precios de venta

Al otro lado del mostrador y del mismo modo que los clientes, los comerciantes de la Plaza de Abastos no observan una diferencia notable entre los precios anteriores y posteriores a la reducción de la bajada del IVA. “No se nota absolutamente nada. ¿Qué son, tres céntimos?”, valora Mari Carmen, de Frutas Carmen. Un punto de vista similar al de Margarita, de Frutas Margarita, quien sin embargo agradece igualmente el descuento: “Nótase moi pouco, pero sempre se nota. A pena é que non baixen outras cousas”.

La medida no evita que muchos negocios sigan con el agua al cuello al echar las cuentas. “Los números siguen siendo rojos”, lamenta Mari Carmen. Por su parte, Margarita señala que los márgenes de beneficios siguen siendo insuficientes para llegar a fin de mes con el establecimiento a cuestas. “A moita xente cústanos bastante. Non podes poñer marxes, porque se non non vendes nada”, relata.

Cambio de precios

Es más, otros comerciantes señalan que aún encima de no afectarles el descuento del impuesto, tuvieron que invertir esfuerzos en readaptarse para aplicar la medida. Debido a la supresión del IVA, cambiaron los precios de prácticamente todos los productos de algunas tiendas. “Adaptar todos los sistemas informáticos a un IVA que no existía fue bastante fastidiado”, rememora Marcos, de Quesos Amalia. Para él, fue “una pérdida de tiempo”, porque “ya no sabes decirle al cliente qué vale esto o vale lo otro. Tienes que sacar el listado de precios y hacer un amago por aprendértelos”. Según dice, todo es “más engorroso”. La medida finaliza el 30 de junio: “Veremos lo que hacemos”.

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