ANÁLISIS

Ourense, el 26M: un viaje hacia lo desconocido

Nunca antes Ourense se había enfrentado a un escenario con 15 partidos. La fragmentación en la derecha y la izquierda, partidos que se desmarcan de esa dicotomía o la barrera del 5% para tener escaño. Muchos factores a tener en cuenta.

Ourense viaja hacia lo desconocido en estas elecciones municipales, viendo cada vez más cerca un 26 de mayo en el que vaticinar un resultado debería estar considerado como deporte de alto riesgo, al ser muchos los factores que pueden decantar la balanza hacia uno u otro lado. "Con tanta división é moi difícil facer calquera predición", asegura el politólogo Alvaro López Mira.

Los datos le dan la razón. Nunca antes en Ourense se habían presentado hasta 15 opciones políticas, una fragmentación que llega a todo el espectro político y que, como ya ha sucedido en las últimas elecciones Generales, toca de pleno al centroderecha, un ámbito en el que el PP ha sido siempre hegemónico en la ciudad de As Burgas, siendo la fuerza más votada en todas las elecciones municipales celebradas desde 1979 salvo en las primeras (UCD) y 1991 (PSOE).

Los populares, sin embargo, han ido perdiendo apoyos en cada uno de los comicios locales celebrados desde 2003, cuando Manuel Cabezas revalidó por tercera vez su mayoría absoluta con 28.841 votos, una cifra que a tenor de lo sucedido en todas las elecciones en Ourense parece el techo del centroderecha.

En 2015, Jesús Vázquez se quedó en 16.510, un 42,7% menos, pero mucho tuvo que ver en esa caída la eclosión de DO, que de los 284 votos conseguidos en 2003 pasó hace cuatro años a 13.679, una gran parte también pescada de un PSOE en descomposición tras el mandato 2011-2015.

Pero la competencia al PP no se le acaba ahí, sino que asoma con fuerza la cabeza Ciudadanos, que el 28 de abril enseñó músculo con 8.783 apoyos que ahora aspira a aumentar con el rol que pueda jugar su candidato, José Araújo.

Más hacia la derecha, queda por calibrar el papel de un Vox que parece haber quedado algo descolocado tras el 28-A y que, como lo sucederá a otras fuerzas, se encontrará con una barrera que puede resultar definitiva en la distribución final de los escaños, ya que es requisito obligatorio llegar al 5% de los votos para poder tener representación, algo que puede jugar en contra de muchos partidos por la fragmentación y provocar que esos votos se pierdan en el limbo.

"Penso que iso pode levar a unha concentración do voto en cinco ou seis, a xente sabe tamén xogar ó voto útil nas municipais", apunta López Mira.

Bien lo sabe el BNG, que en 2015 se quedó a 179 votos de obtener representación y arrebatar un escaño al PP, lo que hubiera dibujado un escenario totalmente diferente al vivido este mandato en lo que respecta al equilibrio de bloques para posibles pactos.

Será también interesante comprobar cómo puede afectar esto a la división que se ha producido en la izquierda, donde Ourense en Común, que irrumpió con 10.191 sufragios en 2015, ha perdido el apoyo de Podemos y Esquerda Unida, que han presentado una candidatura independiente, y se enfrentará también a Ourense Mellor, apoyado por En Marea y cuya participación se puede equiparar a la de Anova en 2015, que se quedó en el 2,77% de los votos. Al PSOE también le ha salido una escisión con Espazo Común, liderado por dos excargos socialistas como Óscar Pérez Carral y María Quintas.

Pese a esto, los socialistas parecen armados de moral por el "efecto Pedro Sánchez" en las Generales y aspiran a recuperarse del batacazo de 2015, que le llevó a su apoyo más bajo en número de votos, apenas 10.200, muy lejos de los 20.900 de cuatro años atrás, cuando rozaron la victoria ante el PP. 

Por otro lado, hay un factor que quieren jugar formaciones, como hizo en su momento DO, como es romper la dicotomía izquierda-derecha postulándose como partidos de ámbito ourensano. Encajan en este escenario Vivir Ourense (VOU), de Jorge Bermello, o Adelante, de Benito Iglesias. 


La participación, otra clave


Tras una gran movilización de los ourensanos el 28 de abril, cuando votó un 74,2% del censo, será un factor importante también la participación que haya el próximo 26 de mayo. En ninguna de las últimas citas para renovar la Corporación se alcanzaron las cotas del 28-A, subiendo la abstención en los comicios de 2015, cuando votó el 62,11% del censo, cuatro puntos menos que en 2011.

La bolsa de votos a la que aspirarán las 15 formaciones se situará en el entorno de los 60.000, un pastel que parece quedarse pequeño para las aspiraciones de unos y otros y que provocará que muchos se queden por el camino. Solo en una ocasión se han superado los cuatro partidos con representación, en 1979, cuando lograron escaño seis. Cuarenta años después, la historia puede repetirse.

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