La provincia recibe a siete personas refugiadas de Afganistán, tras finalizar ayer la primera fase del dispositivo de acogida dirigido por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. El pasado miércoles, el Gobierno inició la derivación de los evacuados a las diferentes comunidades, desde las instalaciones temporales de acogida, situadas en Torrejón de Ardoz. El Ejecutivo trabaja ya en una segunda fase de acogida de la población en situación de peligro, que se llevará a cabo los próximos días.
Por el momento, Galicia acoge a un total de 37 personas, según los datos de ayer del Ministerio. Nueve de ellos han sido destinados a A Coruña (cuatro adultos y cinco menores); 21 a Pontevedra (10 adultos y 10 menores) y siete a Ourense (dos adultos y cinco menores).
En esta primera fase, España ha evacuado a un total de 2.206 personas, de las que 1.717 han manifestado su intención de acogerse a alguna figura de protección internacional. Aunque llegan a Torrejón, la gran mayoría se encuentra ya en sus plazas de acogida: la estancia media en el campamento es de 37 horas, según fuentes ministeriales.
Acogida en la ciudad
Los siete refugiados -tres varones y cuatro mujeres- que acoge la provincia se asentarán en la ciudad como solicitantes del Sistema de Acogida de Protección Internacional del Ministerio de Inclusión, gestionado por Cruz Roja en Ourense desde 2016. La entidad se encargará de derivarlos a una plaza de acogida, ya sea un piso o un centro, así como de acompañarlos en todo el proceso de adaptación a la provincia (desde la propia solicitud de asilo, comida, atención psicológica, tramitación de la tarjeta sanitaria, escolarización de los menores, acceso a los servicios municipales hasta aprender el idioma, encontrar piso o trabajo, entre otros).
El área de asuntos sociales de la ciudad, de hecho, se prepara para dar respuesta a las necesidades de los recién llegados y colaborar con Cruz Roja en todo lo que sea posible. “A primera hora del lunes tenemos una reunión para mirar su caso en profundidad y facilitar las ayudas que podamos desde el Concello”, explica Eugenia Díaz Abella, concejala de Servicios Sociais.
Dos fases
El programa de Protección Internacional consta de dos fases y tiene una duración aproximada de 24 meses (dos años). En la primera fase -de seis a nueve meses, antes de que sea concedida su solicitud de asilo-, Cruz Roja se encarga de ofrecerles un lugar donde vivir, así como la ayuda más inmediata. En la segunda fase, una vez que la solicitud se haya concedido, la entidad trabaja con los refugiados para prepararlos para su total autonomía. Los usuarios pasan a tener una vida más independiente, aunque siguen contando con soporte económico y formativo.
En la provincia, solo el año pasado Cruz Roja atendió a 170 personas solicitantes de este programa de asilo internacional.
“Llegan con lo puesto, les falta desde ropa a juguetes”
La rápida toma del poder por parte de los talibanes en Afganistán provoca que los afganos lleguen a España con miedo, incertidumbre y apenas sin recursos materiales. “No habían previsto tener que emigrar, tenían una vida muy normalizada en su país y su proyecto vital se ha roto abruptamente. Llegan con lo puesto, tienen mucha necesidad material, desde ropa a cargadores para sus móviles o juguetes para sus hijos”, señala Aliva Díaz, coordinadora estatal de acogida de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), entidad que junto a Cruz Roja y Accem gestionan el programa de asilo internacional en el país.
Los refugiados, además, llegan al país con preocupación por aquellos que todavía no han podido abandonar Afganistán. “A medida que pasan los días es más difícil llegar a Kabul, llegar al aeropuerto y poder salir. Por eso para los que están aquí es muy importante ponerse en contacto con sus familiares y saber cómo están”, explica Díaz.
Nueva etapa
El objetivo primordial en Torrejón es desplazar a los refugiados, cuanto antes, a sus plazas de acogida. “Las instalaciones responden muy bien a las necesidades básicas, pero no deja de ser un campamento muy útil para una, dos o tres pernoctas. Estas personas necesitan sentir ya que han llegado a un espacio seguro para pensar en el futuro”, apunta Díaz.
La coordinadora estatal de CEAR reconoce que, pese a la preocupación, la población afgana también llega con “mucho aliento y motivación”. “Vienen con mucho agradecimiento porque son cada vez más conscientes del privilegio de poder salir de su país. Saben que no van a poder volver porque los talibanes no permiten volver a quien no está de acuerdo con ellos”, añade.
Las claves del programa de Protección Internacional
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones puso en marcha hace días el dispositivo de la operación Antígona-Afganistán, que abarca desde su traslado de Afganistán a España hasta la consecución de su integración social en la sociedad.
Las claves del programa de Protección Internacional
- Traslado desde Kabul. Por ahora, el Gobierno de España ha trasladado a 2.206 personas desde la capital de Afganistán. La situación actual del aeropuerto, sin embargo, complica la evacuación.
- Llegada a las instalaciones de Torrejón de Ardoz. Allí, el Ministerio ha preparado un campamento que permite acoger a los recién llegados y realizar las primeras entrevistas para conocer la situación de cada familia. Además, los sanitarios recogen muestras para detectar posibles casos de coronavirus (hasta ahora, solo una persona resultó positivo).
- Valoración. Los equipos de las entidades sociales (CAER, Cruz Roja, Accum) se encargan de conocer la historia de cada familia y saber si quieren acogerse al Sistema de Acogida de Protección Internacional. En caso afirmativo, se inicia su traslado a las plazas de acogida de las distintas comunidades autónomas.
- Desplazamiento. El Gobierno inició el traslado de los afganos desde Torrejón el pasado miércoles. A Galicia, por ahora, han llegado 37 personas, 7 de ellas se asentarán en la provincia ourensana.
- Derivación a una plaza de acogida. Las entidades sociales que gestionan el programa de asilo internacional (en Ourense, Cruz Roja) se encargan de derivarlos a un piso o centro de acogida. En la medida de lo posible, se intenta no romper la unidad familiar, para facilitar la adaptación.
- Acompañamiento. Desde las asociaciones se trabaja con los recién llegados para ayudarlos: los equipos realizan entrevistas, ofrecen atención psicológica, ayuda para empadronarse, para darse de alta en el sistema de salud, para escolarizar a los menores o clases de idioma, entre otros.
