Los ourensanos más rezagados aprovecharon este martes el último día para comprar lotería de Navidad, por lo que las colas se extendieron durante toda la jornada y hasta la hora de cierre en las administraciones de la ciudad. El gasto medio esperado por ourensano, según la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), es de 49,33 euros, cinco euros por encima del dato de 2020 (44,1). Y los loteros concuerdan con este incremento de la participación. En cuanto al esperado sorteo de hoy, se puede seguir en directo desde la página web del periódico, www.laregion.es.
Jorge Anta, a cargo de Loterías Anta, administración con cuatro décadas de trayectoria en la rúa do Paseo, explica que el porcentaje de ventas de última hora “depende mucho del año”. “El pasado, al estar limitada la movilidad, la gente compró más décimos los últimos días, pero en este la venta estuvo más repartida”, explica el lotero. Anta repartió 11 millones de la Primitiva en 2020, que se mantiene como el premio récord de la lotería ourensana, y medio millón de euros en la Lotería de Navidad del mismo año. Ahora espera que esta buena fortuna se repita. “Entre ayer y hoy (refiriéndose al lunes y el martes) vendimos más de mil décimos, y somos una administración humilde, no Doña Manolita”, añade. “El mejor ejercicio en ventas de lotería de Navidad había sido 2019. Este año superamos ese récord vendiendo un 10% más de décimos”, subraya.
El Gordo esquiva a Ourense, y, a la luz de los datos, esto se puede explicar por la escasa compra de boletos: “En esta provincia, se vende casi la mitad que en Lugo, cuando cuentan con poblaciones similares”. Anta se atreve a apuntar uno de los posibles motivos de este hecho, constatado año a año: “Esta es una provincia emigrante, y muchos ourensanos compran en Cataluña, Madrid, País Vasco… No se puede demostrar, pero creemos que los ourensanos juegan más de lo que recogen las estadísticas, porque juegan fuera”.
En cualquier caso, aunque el Gordo solo haya tocado dos veces en la provincia en toda la historia (en Allariz en 2008 y en la propia ciudad en 2018, en el bar Cervantes), Anta reivindica que “hay que pensar en la suerte, el azar y la ilusión”. En cuanto a los números más demandados, “las fechas de las erupciones volcánicas de La Palma le ganan al covid, y también, como siempre, se piden números coincidentes con la celebración de bautizos y bodas. Además, los números 5 y 7 están agotadísimos”, subraya.
FALTA RELEVO GENERACIONAL
Otro clásico es la administración número 8 de Ourense (avenida de la Habana, 43), regentada por la familia Mugüerza, que repartió en 1987 el primer premio del Niño: 194 millones de pesetas. Este año, estiman que vendieron un 8% más de décimos que el pasado.
Los dos últimos días de venta fueron los más intensos para ellos, especialmente ayer. “Exceptuando el año pasado y este (con desajustes debidos a la pandemia), las ventas por la lotería de Navidad suben alrededor de un 4% anualmente”, valora Nacho Mugüerza.
Pero las dificultades también aumentan. “Pagaba 50 euros de luz y ahora son 120. La vida sube”, matiza. Y hay un gran problema en el horizonte, la falta de relevo generacional entre los compradores. “La gente joven compra menos lotería, prefieren jugar en la máquina que da dinero al momento. La venta de la lotería de los sábados bajó un 80%”, explica. La que resiste es la lotería de Navidad, “cuando hay gente que no juega en el resto del año”.
