La ciudad deberá limitar en 2023 el acceso al centro a 4 de cada 10 coches

Turismos en el entorno del parque de San Lázaro (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Turismos en el entorno del parque de San Lázaro (MARTIÑO PINAL).
La ley obliga a crear una Zona de Bajas Emisiones regulada por un distintivo ambiental al que 83.000 coches no accederán

La Ley de Cambio Climático exige a las ciudades de más de 50.000 habitantes tener implantadas zonas de bajas emisiones (ZBE) en el centro de las ciudades antes del 1 de enero de 2023, lo cual da de plazo apenas nueve meses al Concello de Ourense para que clarifique qué medidas va a tomar en este sentido para cumplir la normativa, y que pondría en peligro la circulación por el centro de la ciudad a más del 40% de los coches ourensanos. 

Según los datos, actualizados a enero de 2022, del portal estadístico de la Dirección General de Tráfico (DGT), el 43% de los turismos matriculados en la provincia de Ourense no podrían acceder a partir del año que viene a esta futura área de bajas emisiones. 

La antigüedad del parque de vehículos ourensano roza los 17 años de media, siendo la provincia con los turismos más envejecidos de España, y superando con creces la cifra española, que se sitúa en 12,4 años, lo cual hace que la afección sea muy superior a la de otras urbes.

Los más contaminantes

Teniendo en cuenta que los vehículos de gasolina anteriores a 2000 y los diésel de antes de 2006 no tienen acceso al distintivo ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT), la ZBE que la ciudad debe implementar de forma obligatoria (y que obliga a usar las etiquetas ambientales como filtro) excluiría automáticamente a más de 4 de cada 10 turismos ourensanos. De los 192.166 turismos matriculados en la provincia, 83.235 no cumplen los requisitos para optar al distintivo mínimo. De los 72.097 turismos de gasolina, el 45% (32.298) es demasiado antiguo, mientras que de los 119.623 diésel, un total de 50.937  (42,6%) también pecan de excesiva antigüedad.

El resto podría circular, tanto gasolina y diésel más nuevos, como aquellos que tienen etiquetas de 0 emisiones, Eco y C, que se corresponden con coches cien por cien eléctricos, híbridos o propulsados total o parcialmente por gas, siempre que el Concello no decidiese endurecer las condiciones. Actualmente, solo hay 182 coches eléctricos matriculados en la provincia y 244 propulsados por gas. 

La posibilidad de peaje

La ley habilita a los ayuntamientos incluso a que el acceso a la ZBE pueda incorporar el pago de una tasa o peaje para desincentivar la entrada. Sin embargo, el Concello de Ourense sigue sin desgranar un plan al respecto, pese a que debe presentar el proyecto a lo largo de 2022, y, ante la falta de plan, podría optar, en un intento desesperado por cumplir los plazos, por declarar la Zona de Bajas Emisiones en el Casco Vello, donde ya prácticamente todas las calles tienen acceso restringido, algo que no es tan fácil como parece.

El Casco Vello, difícil

Según el Gobierno, esta ZBE es un “ámbito de carácter continuo, y en el que se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, conforme a la clasificación de los vehículos por su nivel de emisiones de acuerdo con lo establecido en el Reglamento General de Vehículos”. Justificar la implantación de esta zona en el Casco Vello parece complicado.

 

Las condiciones mínimas que impone el Gobierno 

Aunque el Concello de Ourense optase por asimilar el Casco Vello a la Zona de Bajas Emisiones que exige la ley en vigor, está obligado a diseñar un proyecto en el que debe definir el área objetivo y se toparía con diferentes obstáculos.

Condiciones

 En primer lugar, debería contar con estaciones de medición de calidad del aire; evaluación de la contaminación de años anteriores (hay datos en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de 2019 que el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, se niega a seguir); estimación de la mejora de la calidad del aire que se espera conseguir; soluciones tecnológicas para conseguir implantar esta área…

Debe estar justificado

Pero el mayor contratiempo lo indica la guía del Gobierno para implantar la ZBE, que pone en duda que pueda limitarse al Casco Vello su implantación, al señalar que “el tamaño de esta zona de bajas emisiones debe ser significativo y suficiente para el cumplimiento de sus objetivos, una zona que incluya una parte significativa de la población, de la superficie del municipio o del tráfico de vehículos a motor”. Un criterio que no cumple la zona histórica, donde la reducción del tráfico rodado está ya vigente desde principios de siglo.

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