Los felones de la política local se nos enroscan en las piernas como una pareja que baila tango. Aparentan arte, pero no son más que rémoras. En "Cambalache", el tango de los tangos, ya se destapaba esta ralea.
En el quinientos seis y en el dos mil
Llegan, por decantación, los que no valen para otra cosa y la solidaridad que aún justifica muchas dádivas en Ourense nos lleva a mantenerlos en sus puestos…
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