CRÓNICA

Ourense se hace notar en el Vaticano

<p></p>
photo_camera La plaza de San Pedro, repleta durante la canonización de Faustino Míguez.

Faustino Míguez ya es santo, el tercer que suma la provincia de Ourense. Su figura tuvo un protagonismo especial en los actos de canonización en el Vaticano, a través de la Real Banda de Gaitas y un centenar de ourensanos.

Si a la inmensa mayoría de las aproximadamente 50.000 personas que se dieron cita ayer por la mañana en la Plaza de San Pedro del Vaticano le propusiesen, no ya solamente señalizar Ourense, sino incluso Galicia, en el mapa, difícilmente acertarían a hacerlo.

Sin embargo, todas ellas respiraron un profundo aire ourensano a lo largo de las dos tostadoras horas que duró la ceremonia de canonización presidida por el Papa Francisco, y que sirvió para que la provincia de Ourense sumase un nuevo nombre al santoral cristiano, elevando a los altares a la tan desconocida como interesante figura de Faustino Míguez, un humilde hijo de labradores de Xamirás (Celanova) que, después de haber cultivado a lo largo de longeva su vida la fe religiosa, el tesón científico y su compromiso con la docencia y la dignificación de la mujer, fundó en el año 1885 el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, multiplicando su presencia en más de 4o comunidades educativas repartidas por una docena de paises de todo el mundo.

Acompañado de decenas de obispos, arzobispos y cardenales, entre los que se encontraban el ourensano Monseñor Rodríguez Carballo, así como tres responsables de la diócesis ourensana de forma correlativa. Es decir, el actual cardenal de Madrid, Carlos Osoro; el responsable de la diócesis de Tui-Vigo, Luis Quinteiro; y el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, quien se desplazó a Roma al frente de una nutrida delegación calasancia, en la que tambien estuvieron representados algunos familiares de Faustino Míguez, así como vecinos de la parroquia de San Jorge de Acebedo, en donde el monje escolapio nació el día 24 de marzo de 1931, falleciendo finalmente el día 8 de marzo -fecha elegida para ser señalada con su nombre en el santoral- en Getafe, donde todavía hoy se encuentra custodiado su cuerpo incorrupto.

Delegaciones, precisamente, de Getafe, de Sanlúcar de Barrameda y de otros lugares de España en donde se halla asentada la comunidad de las Hijas de la Divina Pastora e incluso una nutrida representación juvenil del colegio de las calasancias de Buenos Aires que el pasado sábado presentó un musical sobre la vida y obra de su fundador, obra que el próximo día 18 de octubre será representado por estos mismos alumnos en el salón de actos del colegio Maristas de Ourense.

Música ourensana

A las 9 de la mañana fuimos recibidos por la delegación diplomática de la Embajada de España en el Vaticano, desde donde tuvimos el privilegio de partir hacia la basílica de San Pedro para ser instalados en un lugar preferencial y lateral de la escalinata en donde el Papa Francisco presidió la ceremonia de canonización de una treintena de mártires brasileños, tres mártires adolescentes mejicanos y un sacerdote capuchino italiano, además de al propio Faustino Míguez, que, como queda dicho, contó con un protagonismo especial en toda la ceremonia y de un modo especial al finalizar la misma, cuando los acordes de las gaitas y tambores de la Real Banda de Gaitas se hicieron oír en los aires vaticanos, al son de los acordes de la muiñeira del Papa Francisco, compuesta por Xose Luís Foxo e interpretada en diversas ocasiones a lo largo del fin de semana.

Mil doscientos comensales

Para poder darse una idea, no ya solamente de la numerosa comitiva que se acercó desde todo el mundo a Roma para asistir al acto de canonización, sino principalmente de lo enormemente que se encuentra extendida por la geografía universal la obra docente iniciada por Faustino Míguez en el año 1885, basta señalar que superaron con creces el millar de personas que ayer mismo, una vez finalizada la ceremonia se dieron cita en un almuerzo de confraternidad en las afueras de Roma, que estuvo presidido por el ambajador de España en el Vaticano, Gerardo Bugallo, así como por el cardenal Osoro Sierra, monseñor Rodríguez Carballo y las responsables de la congregación calasancia junto con los de las Escuelas Pías y en donde, como no podía ser de otro modo, volvió a cobrar protagonismo esencial la música de los jóvenes de la Real Banda de Gaitas.

Y todo ello sin contar que la seguridad de la Embajada española en el Vaticano -la crónica no estaría completa sin este dato- lleva un año garantizada por el ourensano del Piñeiral, José Fortes. 

Te puede interesar