Ourense tiene 8.000 gallinas confinadas para evitar la gripe aviar

Los expertos señalan que la transmisión a humanos es “muy poco probable” aunque la medida continuará hasta la primavera 

En Ourense hay unas 8.000 gallinas confinadas repartidas en los 909 gallineros censados en A Limia, según la Consellería de Medio Rural. La reclusión de estos animales viene dada por el brote de gripe aviar registrado en España el pasado mes de enero. Lleida, Palencia, Ávila y Segovia son las provincias más afectadas. En el caso de la última, el virus afectó a un grupo de aves domésticas y todas ellas tuvieron que ser sacrificadas. Para que no se produzca una mayor expansión por el territorio nacional, la “cuarentena” continuará hasta bien entrada la primavera, cuando se prevé que el riesgo sea cero. 

El virus de la gripe aviar es el mismo que provoca la humana: no debería ser contagiable entre ambas especies pero la posibilidad existe. El veterinario Jesús Orejas, miembro de la junta directiva del Colegio de Veterinarios de Ourense, señala que “las condiciones de vida actuales en nuestra sociedad y la elevada bioseguridad de las explotaciones avícolas de nuestro entorno, hacen muy poco probable la transmisión, ya que se necesitaría un contacto directo y prolongado de las aves infectadas con las personas”. En cualquier caso, queda descartado el contagio a través de la carne  cocinada, los huevos o productos procesados y derivados de ellos. 

La principal medida para la prevención es aislar. El virus lo suelen portar los pájaros silvestres que migran por lo que, en este momento, evitar que beban o compartan pienso con las gallinas de corral es una prioridad. No solo por lo dramático que sería tener que sacrificar a todas las aves contagiadas, sino porque “tendría un efecto indirecto comercial”, indica Julio Estévez Penín, de Medio Rural. “El estatus sanitario del país cambiaría. España era un país libre de influencia aviar, pero desde el 18 de este mes dejamos de serlo”, añade. Eso implicó que ahora haya restricciones en el movimiento de mercado con países terceros. Pueden poner impedimentos para comprar productos avícolas y animales, como huevos. 

Zonas de peligro

Tras la explosión de contagios de este virus registrada en 2006, la consellería de Medio Rural estableció una serie de zonas “de riesgo” en las que se debe aplicar mayor protección. Son las localidades en las que hay humedales que visitan las aves migratorias: “Son acuáticas y frecuentan los estuarios y  embalses, en el caso de Ourense se concentran en la Limia por la laguna de Antela”, señala Penín. Concretamente, en la provincia las localidades afectadas son Porqueira, Rairiz de Veiga, Xinzo de Limia,  Vilar de Santos y Sandiás. En algunos ayuntamientos, como Rairiz, las personas con gallinas, que según la regidora Asunción Morgade son 300, tomaron la iniciativa de elaborar un censo -que desde estos brotes se aceleró-. En estas áreas, la Consellería prohibió la cría de aves al aire libre, su uso como reclamos de caza y las concentraciones comerciales en ferias o semejantes.

"No es obligatorio"

Entre los propietarios de estas aves surgen reacciones variadas. Carlos L.M. tiene cinco gallinas a las que encerró. Pero no por lo que dice la Xunta, “es una recomendación y no tendría por qué seguirla”, dice, sino porque “suelen colarse pájaros en el corral para comer y en este caso puede ser peligroso”. “Además, estamos en una zona de riesgo y rodeados de otras explotaciones”, añade. Por su parte, Ramón Domuíño señala que encerró a sus gallinas principalmente por los pájaros, “comen máis os paxaros que as galiñas”, lamenta. “Da Xunta aquí non veu ninguén a comprobar que as tivese gardadas, sabemos que non se poden ter fóra por coñecemento veciñal”.

La Policía Autonómica vigila casi mil gallineros

La Policía Autonómica vigila el cumplimiento del “confinamiento aviar”, que abarca a 909 gallineros afectados en Ourense. Julio Estévez Penín, del departamento de Sanidade de Medio Rural, explica que su función es comprobar la salud de las aves. En circunstancias de especial riesgo, como ahora, “se envía una carta a los concellos recomendando que extremen las medidas de vigilancia y que si detectan algún animal enfermo, lo comuniquen de inmediato”, indica. Si todo esto falla, la Policía Autonómica y el Seprona  de la Guardia Civil recorrerían las zonas señaladas en busca de aves enfermas: “Tendrían que comprobar si hay síntomas y en ese caso comunicarlo”, apunta Penín. La enfermedad puede verse con facilidad. “Tos, estornudos, secreción en las fosas nasales, decaimiento o letargo”, afirma el experto. También lo son la disminución en la puesta de huevos, el cambio de color a azul (en la cresta) o el aumento de la mortalidad.

 

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