TRIBUNALES

El padre de un procesado por violación dice que su hijo “es un demonio"

Imputado por cómplice, como el resto de la familia, se considera una víctima

 Javier fue quien cometió el delito, que lo pague él", así de rotundo se mostró ayer Luis Manuel Gabarri Montoya, el padre del hombre procesado por violar, vejar, agredir y retener durante 20 días a una mujer, aunque el juez también imputó al resto de la familia, los progenitores y tres hermanos, en calidad de cómplices o cooperadores necesarios.

Gabarri Montoya, a la salida del juzgado en donde tuvo lugar una declaración indagatoria, se reivindicó como una víctima más en este caso: "Nos tenía amenazados de muerte con una espada samurai". Al resto del clan, según añadió, también los maltrataba. "Nos pegaba -me partió la pierna- porque estaba muy mal (...). Es malo, y ahora nos mete a nosotros en esto sin comerlo ni beberlo", explicó. 

El padre del principal inculpado no dudo en decir que su vástago "es un bicho, un demonio", que debe  pagar "por lo que hizo". Aún así, declaró que nunca le vio pegar a la denunciante a quien, según la versión del patriarca de clan de los Madriles, "la llevé yo a la Comisaría".

La mujer, según el auto de procesamiento del juez de Instrucción, fue agredida sexualmente, lesionada -tenía hematomas por todo su cuerpo- y vejada . En su declaración judicial, relató que Javier Gabarri la hacía comer su propio vómito y dormir sobre su orina.

El auto, a expensas de la calificación del fiscal, los procesa por cuatro delitos: agresión sexual, detención ilegal, coacciones y amenazas en los que Javier Gabarri Jiménez aparece como autor y el resto de la familia -Ana Jiménez Gabarri, Luis Gabarri Montoya, y Ángel, José Luis y Alberto Gabarri Jiménez- como cooperadores. Las penas superarían los 10 años de cárcel.

 Por su parte, el presunto violador niega la violencia e intimidación y dice que las relaciones fueron consentidas. 

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