Los padres tienen varios puntos de vista sobre la utilidad e implantación del protocolo. Xavier Motos, padre de Antía y Xiana, comenta que, actualmente, "estoy esperando a que me manden la normativa", ya que "no sabes qué va a pasar; a lo mejor hay modificaciones hasta el último momento".
Motos asegura que "las medidas me parecen bien, incluso podían haberse hecho antes", y entiende que "es un poco complicado que se cumplan en niños tan pequeños", aunque afirma que le parecen una gran aportación: "Toda precaución que se tome es bienvenida. También dependerá un poco de la suerte, porque los niños generalmente son asintomáticos, y va a ser difícil que respeten la distancia. En mi centro son estrictos y cuidadosos con el tema de la limpieza. Confío en ellos".
Por otra parte, Natalia Novoa, madre de Daniela y Artai, se muestra más crítica con la nueva normativa, y pese a que coincide en que "no está mal", señala que hay detalles del documento que no entiende: "Es un poco surrealista que no dejen abrir a las escuelas infantiles, pero los centros cívicos estén funcionando desde hace un tiempo. Y todos los padres entramos a trabajar a las mismas horas, y las escuelas infantiles están para conciliar. Entro a las 9 y tendré que correr para hacer cola para dejarlos y recogerlos. No podemos ir escalonando el trabajo". Novoa apunta a "hacer pruebas PCR a los trabajadores cada 15 días o un mes", y a los niños también, porque, en su opinión, "es la manera más efectiva de controlar un posible brote. Tendrían que dar medios para establecer un punto en común con las mutuas o administraciones en este sentido". La madre termina pidiendo que "no se criminalice a las escuelas", y recuerda que "los rebrotes, hasta ahora, se han dado en el sector del ocio, no en educación".
