Paisajes de Tejada en la sala Valente; Caiazza, en Alterarte

Uno de los paisajes de Tejada.
photo_camera Uno de los paisajes de Tejada.
Hay, ciertamente, que activar la mirada para darse cuenta de la acción plástico-construtiva de la bonaerense Caiazza (n. 1982) en la sala Alterarte

Tiene Álvarez Tejada en cartel una muestra de medio centenar de paisajes en los espacios de la gran sala municipal multiusos dedicada al poeta José Ángel Valente. De él, en alguna ocasión, me había hablado su hermano Luís-Odón (1941-2017), en los tiempos en que ambos fuimos compañeros y colegas en la enseñanza de la historia, y cuya ausencia he sentido con el peso debido, tras un intenso compartir desde el arte en Santa Mariña de Augas Santas y después en Seixalbo, principalmente, cuando era párroco allí.

Recordarle ahora, desde la memoria, es revivirle un tanto, y verle, desde su sencillez, generosidad y retranca, siempre con un pitillo en sus manos, incluso entre clase y clase, y la sonrisa en sus labios. Un reencuentro desde la rememoración a modo de meditación de lo esencial en la vida que se aviva con la exposición de otro Tejada, Emilio (n.1935, Entrimo-Ourense), un corredor de fondo de la pintura de paisaje, temática que ha cultivado con reiteración.

Su primera aparición fue en una colectiva en del Liceo en 1961. En los años siguientes, las muestras son ya individuales en Foto Club de Vigo, 1963, y en el propio Liceo de Ourense, incluyendo retratos ya en esta, para exponer al año siguiente en el Museo Arqueolóxico de Lugo, dando en 1965 el salto a Madrid, en la sala Eureka.

Ya en nuestro siglo, se hace presente en una colectiva en el Ateneo de Ourense, en 2002, y en la villa de Castro Caldelas. Ha aparecido recientemente en Revistar, publicación periódica que ha tratado a Alfredo Erias o Paco Ascón, entre otros artistas gallegos. Hay en esta muestra de vistas de naturaleza un empeño en la descripción de fragmentos de bosque y anónimos caminos, con colores de tonalidades suaves, en gradación, a fin de armonizar el cromatismo y una pincelada de carácter impresionista. En ocasiones incluye lugares habitados, contrastando el campo intenso de sus tejados con las menudas manchas de la vegetación, aunque en otras cuide que las tejas se hagan presentes, imponiéndose lo real a la interpretación ensoñadora y personal que estila. Alguno de sus paisajes con río traspira emoción.

Hay, ciertamente, que activar la mirada para darse cuenta de la acción plástico-construtiva de la bonaerense Caiazza (n. 1982) en la sala Alterarte. Formada en la práctica de la escultura en la Escuela Superior de Artes Regina Pacis, que completó con un programa de la Universidade Torcuato Dei Tella de la capital argentina, trae a Ourense alguna pieza realizada en yeso y masilla, con espátula, dejando al pie el polvo resultante de su lijado, una vez seca, un darle valor a la acción intermedia de cualquier operario, antes del resultado final de su trabajo en una pared, añadiéndole un toque decorativo. A ellas, añade el resultado del lijado de las paredes para mostrarnos los rastros de las exposiciones anteriores, que deja a la vista, agujeros incluidos. Su título, salir a la superficie, engloba ambas propuestas. Es todo, de alguna manera, una acción de memoria. Son “capas de lectura”, en expresión de Sara Donoso, la comisaria. Tras contemplar y analizar las Meninas, preguntó Théophile Gautier, asombrado: “Où est la peinture?”...

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