Ramón Bosser: “La pandemia del covid ha mejorado la visión de la investigación y de las farmacéuticas"

La empresa Origo Biopharma, con sede en el Parque Tecnolóxico de Galicia, en San Cibrao das Viñas, podrá avanzar en sus investigaciones gracias a la reciente inyección de 2,3 millones de euros aportados desde Sabadell Asabys, Xes Galicia y los socios promotores. La biotecnológica centra sus estudios en el tratamiento de pacientes con fibrosis asociada a la enfermedad de Crohn y enfermos con fibrosis pulmonar idiopática. La inversión supone la posibilidad de continuar con ambos proyectos, ya iniciados. ¿En qué fase de desarrollo de los fármacos se encuentran ahora mismo? El más avanzado es el proyecto gastrointestinal, que va dirigido a tratar la fibrosis asociada a la enfermedad de Crohn. En este caso estamos en la fase preclínica, es decir, ya hemos seleccionado al fármaco candidato. En el otro caso, el proyecto respiratorio, estamos todavía en la fase de descubrimiento, ya tenemos un par de candidatos avanzados. En el caso de la la fibrosis pulmonar idiopática, ¿el tratamiento podría ayudar también a pacientes covid? Podría estar conectado, pero estamos hablando de pacientes graves, ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y que están mucho tiempo hospitalizados. Algunos acaban desarrollando fibrosis, que incluso puede convertirse en crónica. Por ahora tenemos la hipótesis, ya hay alguna publicación científica que va en la misma dirección, pero para demostrarlo tendríamos que avanzar todavía en el proyecto. ¿Hasta dónde podrán avanzar gracias a la inversión de 2,3 millones? En el primer caso, podremos saber si es un fármaco seguro en humanos, de la misma forma que lo comprobamos en animales. No sabremos todavía si es eficaz o no, pero sí si es seguro. En el segundo caso, podremos acabar de seleccionar al fármaco candidato y llevar a cabo el 50% de la fase preclínica. Los tiempos en investigación son lentos, ¿cuánto tiempo podría suponer? Pueden ser dos o tres años, en los que tendremos indicios de si funcionan, pero la confirmación llegaría después. En ese punto, ¿continuarían el proceso? No, nuestro modelo es llegar hasta un punto de la investigación en la que transfieres licencias de tu producto a otras empresas con mucha más capacidad financiera. La fase dos y tres del desarrollo de un fármaco suponen una grandísima inversión económica. ¿Podrían verse afectados por la situación sanitaria actual? Nosotros basamos nuestra actividad en la síntesis de principios activos, todo lo demás lo externalizamos a empresas especializadas que están en otras partes del mundo. Dependiendo de donde afecte más la pandemia pues sí puede afectar… Los ensayos clínicos se ejecutan en los hospitales y en estos meses ya ha ralentizado los procesos. Desde la irrupción del covid-19 se habla de tiempos muy cortos para la vacuna, ¿es realista? Está claro que es una emergencia social. La investigación se hace en secuencias para minimizar riesgos y en este caso, debido a la situación, las agencias sanitarias están permitiendo que los tiempos se acorten. Lo normal serían varios años, pero se está hablando de uno. La pandemia ha provocado que la sociedad mire, más que nunca, a los investigadores. ¿Ven un horizonte prometedor en el que se valore más la ciencia? Aquí hay dos actores: la sociedad en general y los inversores. La sociedad ha mejorado la visión de la investigación y de la industria farmacéutica, que está siendo vista como alguien que puede llegar a ayudar y que invierte dinero a riesgo. Ahora mismo están todas trabajando en paralelelo, a pesar de que saben que solo habrá una o dos que funcionarán. En nuestro caso, las negociaciones habían comenzado ya antes de la pandemia, pero sí nos puede favorecer en el futuro, aunque esperemos que uno o dos años la situación del covid-19 ya esté controlada. Origo Biopharma tiene su sede en Ourense, ¿puede la investigación convertirse en un aliado del desarrollo de la provincia? Si, claro. Que exista la Tecnópole, que permite la llegada de grupos de investigación y de empresas que quieran iniciar su singladura, es muy positivo. En nuestro caso, de una forma modesta, ayudamos a poner a Ourense en el mapa. ¿Cree que falta formación académica? A nivel científico Galicia está en muy buena posición, hay centros universitarios e investigadores potentes, pero desde el punto de vista empresarial es distinto. En Cataluña hay más movimiento de biotech, hay una tradición ligada a muchos años de industria farmacéutica que ha servido no solo para potenciar la formación, sino también el aprendizaje de cómo realizar un fármaco. Cada vez hay más empresas de este tipo en Galicia y si no tienes la experiencia en desarrollo no pasa nada, hay gente que sabe y que puede apoyarte y asesorarte desde otros lugares. Hace falta ir aumentando la masa crítica para que realmente acabe convirtiéndose en un polo.