El papa Francisco distingue a Josefa Ledo por su dedicación

photo_camera Josefa Ledo, a su llegada al Seminario Mayor. (M.P.)
El obispo Leonardo Lemos hizo entrega de la medalla a la homenajeada y destacó la importancia de este acto de reconocimiento a todo el desempeño de Josefa 

La dedicación por 45 años a la Iglesia le ha valido a la ourensana Josefa Ledo el reconocimiento con la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, la mayor distinción para los laicos y que le ha concedido el papa Francisco. Ayer, el Seminario Menor asistió a la condecoración de esta mujer que dedicó su vida a Secretaría de Misiones de la Diócesis de Ourense y de las Obras Misionales Pontificias. 

El obispo Leonardo Lemos hizo entrega de la medalla a la homenajeada y destacó la importancia de este acto de reconocimiento a todo el desempeño de Josefa Ledo por la Iglesia en Ourense: "Es y seguirá siendo alma de la Misión en la provincia y, a través de ella, la fidelidad de los misioneros que siempre seguirán teniendo en Josefa el corazón de una hermana y una amiga con entrañas de madre", aseguró. 

Ledo tuvo unas palabras al recibir la medalla "en nombre de los más grande que tiene la Iglesia, los misioneros". La homenajeada rememoró que "siempre" tuvo claro que era un servicio y se dejó llevar por las personas que se fue encontrando en el camino: "Cada persona fue fundamental en esta labor. Algunos no están con nosotros, pero siguieron presentes en cada esfuerzo, cada batalla y cada logro", señaló. Con todos ellos quiso compartir las medalla que el papa Francisco le concedió.

El obispo auxiliar de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto, también participó en este acto ya que en su paso por la Diócesis de Ourense estuvo vinculado a la Delegación de Misiones. El actual delegado, Alberto Diéguez, también acudió. 

Vida entregada

Ledo nació en 1955 en la parroquia de Santa Eufemia de Ambía, en Baños de Molgas. En su adolescencia comenzó su interés por las misiones, que se convirtieron en un constante en su vida. n

Te puede interesar