La burocracia del voto rogado consigue mermar, cada vez más, la participación de los 101.400 ourensanos del exterior. El colectivo pierde voz al mismo ritmo que los trámites se enredan más y más con cada convocatoria. Muchos ya perdieron el interés por participar, y los que lo mantienen se encuentran con un sinfín de trabas.
"Eu pedín o voto por correo, pero nunca chegou, polo tanto, non votas", comenta Ester Salgado, ourensana residente en Emiratos Árabes. Los días pasaban sin recibir ningún sobre, por lo que Salgado no dudó en ponerse en contacto con la embajada. "Lávanse as mans, din que non depende deles, senón de quen fai o envío", señala. Nadie se hace responsable de que Salgado no haya podido votar, de la misma forma que de que no lo haya hecho el medio millar de ourensanos residentes en Venezuela que solicitó participar en los comicios. Un "duro golpe" difícil de comprender.
Más suerte corrió Xabier Cid, ourensano en Glasgow (Reino Unido), cuyo voto consiguió salir en tiempo del país. "Non tiven problema, pero é certo que foi unha mala idea o de volver a solicitar o voto", apunta. Cid asegura que su suerte está muy ligada al servicio de correos del Reino Unido, "capaz de subsanar os retrasos cometidos polo servicio español". Su voz será escuchada el próximo lunes en la Xunta Electoral Provincial pero, aún así, remarca la necesidad de cambiar el modelo de voto rogado y de apostar por una fórmula que asegure el derecho al sufragio.
