reportaje

Parada de bus a la intemperie

Un grupo de vecinos de Beiro posa en la marquesina, y otro en el lugar en el que efectúa la parada el autobús, a 20 metros (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Un grupo de vecinos de Beiro posa en la marquesina, y otro en el lugar en el que efectúa la parada el autobús, a 20 metros (XESÚS FARIÑAS).

Hace meses que los vecinos de Beiro esperan una nueva marquesina: tras el cambio de localización de la parada del autobús, se ven obligados a esperar de pie, en una zona sin asfaltar y sin protección ante la lluvia o el sol. 

Hace más de un año que los vecinos de Beiro piden una nueva marquesina para esperar al autobús en una de las paradas de la localidad. A poco más de 20 metros todavía se erige la vieja construcción, que hoy cumple la misma función que cualquier otro banco, ya que dejó de utilizarse como parada. "En Semana Santa vinieron varias personas que viven fuera, no sabían que la localización cambió, así que se sentaron en la marquesina y el conductor pasó de largo", señala Oliver Villar, vecino de Beiro. 

La nueva parada carece de cualquier tipo de señalización y los viajeros deben esperar la llegada del autobús de pie, en una zona sin asfaltar -que se embarra cada vez que llueve- y sin ningún tipo de protección ante la lluvia o el sol. "Cuando se hizo el cambio de la parada nos enteramos días antes con un papel en la marquesina, que desapareció con el tiempo", asegura Villar. "Non é lóxico que non avisen aos veciños deste tipo de cambios", comenta Carlos Iglesias, otro vecino de la localidad. "Aquí ninguén viu a explicarnos nada de por que se tiña que cambiar de lugar a parada nin tampouco a informarnos de que se facía", opina Antonio González, también de Beiro. "Levaba toda a vida aí sen molestar a ninguén pero agora...", añade.

Las líneas con parada en la población, la 13A y la 13B, tienen numerosos usuarios habituales que viajan hasta la ciudad, según aseguran los afectados. "Non só viaxa xente deste pobo, senón tamén dos que hai pola zona e aos que non chega o bus", afirma Iglesias. 


¿Y la nueva?


La asociación vecinal de Beiro pidió solución a las administraciones hace tiempo. "Estas cosas van lentas, la nueva marquesina necesita mucho más espacio que las antiguas. Hemos dado pasos hacia delante y el proyecto está en marcha, pero no se hacen de la noche a la mañana", aseguran desde el colectivo. 


"Non miran para nós"


Los vecinos reclaman atención por parte del Concello y de la Diputación: "Para nós non miran moito, pertencemos a Ourense pero non se acordan". Así, recuerdan el horno comunitario restaurado en la localidad con fondos europes, donde hoy las tejas dejan pasar la lluvia. "Eu avisei a administración fai un par de anos de que había que retellar o tellado e ninguén me fixo caso", dice Antonio González.

Te puede interesar