Pasó lo que pasó

Parirás con dolor

VERÍN (HOSPITAL DE VERÍN). 30/11/2019. OURENSE. Manifestación por la supresión del paritorio en el Hospital de Verín. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera Manifestación por la supresión del paritorio en el Hospital de Verín. (Foto: Óscar Pinal)
Los textos bíblicos lo describían casi como amenaza. La Administración atenúa el sufrimiento físico, pero no el emocional. Se cierran paritorios en Verín, pero ese no es el mal, es solo el síntoma.

Detrás del otoño, siempre invierno

Lo de la supresión de servicios sanitarios en Verín es muy grave, pero es la fiebre, no la patología. Las décimas en el termómetro son una reacción, un síntoma de que algo va mal en el organismo. Todos se ponen alrededor de la cama del enfermo analizando si la aspirina le hace efecto, para ver si la fiebre baja, pero por ahí anda la metástasis de la despoblación.

El drama demográfico es mucho más grave y su solución más compleja que mantener por un tiempo los servicios cuestionados hasta que escampe la alarma social para cerrar cualquier día con nocturnidad. El Sergas se justifica cerrando dotaciones, las embarazadas protestan. ¿Qué esperaban que hiciesen? ¿Que lo celebrasen? La enfermedad es tan grave que es difícil salir de esta con remedios de curanderos.

No difiere mucho el cierre de una unidad hospitalaria en Verín del pasmo social por el candado en los colegios, la supresión de líneas de autobús, abandono de tierras, supresión de oficinas bancarias. El rearme social va más allá de una pancarta por el cierre del paritorio, urge alguna solución más que un informe técnico que justifique que hay que venir a parir a Ourense. La deriva es tal que los llantos y las risas de los niños pasarán luego a Vigo porque aquí será territorio geriátrico.

Es tan urgente salir de esta tormenta perfecta que las soluciones irán más allá de estúpidas comparecencias políticas para salir en una foto, luciendo soluciones de quita y pon. Lo malo es que hemos dejado a la sociedad ourensana que se desangre sin remedio, con el latido justo. Está lloviendo mucho este otoño, entristece la víspera del invierno, que siempre espera pacientemente a sus víctimas.

Acabará por desnudarnos de las hojas que comenzaron a caer en el otoño, quedaremos con una hoja de parra tapando las partes bajas, como un cuadro renacentista, confiando en que un soplo de viento no se la lleve. La situación requiere reacción y un tratamiento que vaya más allá de bajar la fiebre. O de hablar del tiempo y del invierno que llega, que solo lo hace porque así aseguramos la primavera. 


La lógica del duro mercado

El ciclo económico y empresarial también tiene la nostalgia del otoño. A veces deja ensoñaciones primaverales, con algunos días se sol que acarician el cutis, pero también anticipa lo que viene, fío y temporal. El sol lo puso Valtalia, una empresa ourensana tan desconocida como importante, que compró la histórica Espina Obras Hidráulicas, de Santiago. La tristeza del nublado la trajo la venta del grupo Hispamoldes a un fondo de inversión. Es el mercado, es la ley de la oferta y la demanda, pero las emociones no se disimulan.

Valtalia es la creación de César Pereira, nacido en Carballiño en 1974. El grupo Hispamoldes es la criatura de Mario Da Costa, nacido en Portugal en el año 1939. Es la pujanza frente al deseo de descanso. Ambas son el yin y el yan del capitalismo, las caras de la biología empresarial. Mario pasa a la reserva y su experiencia se diluye en el anonimato de un fondo de inversión. César trae la pujanza, el arrojo y el tesón que da la cuarentena. Uno está para homenajes, el otro para exigirle que lo dé todo, que aún tiene mucha cuerda.

Al final las historias de las empresas tienen rostro y personalidad y la provincia está para animar a César pero también para lamentar el paso a un lado de Mario. En la vida empresarial el relevo es crucial y el nacimiento de nuevas empresas, una necesidad. En Ourense nacen pocas y cada vez más pequeñas. Un alto cargo de la Xunta reconoció que no hay un solo empresario ni de Ourense ni del resto de Galicia ni de fuera de ella que les fuese a informar de una inversión en esta provincia ni a corto ni a medio plazo.

Tampoco en termalismo, por si lo estaban creyendo. Eso debería de abrirles las carnes a la única entidad empresarial que queda en la provincia, pero prefieren abrírselas a navajazos demostrando que detrás de los trajes y las corbatas puede haber perfectos gañanes. Pero, además, empresas tecnológicas de Ourense claman por tener más profesionales titulados para poderlos contratar, pero la Administración tiene la ventanilla ourensana cerrada. No es que estemos en otoño, es que estamos llamando a gritos al invierno.


Burlándose de quien les vota

Pero cuanto más cruento es el escenario, más necesario es el héroe que nos saque este atolladero. Es ahí donde aparece el PSOE, al menos el ourensano. El partido, siempre en manos de trotaconventos e insidiosos, sigue tirándose tiros a los pies. Dividiéndose hasta la irrelevancia con disoluciones de comités y otras zarandajas. Los propios socialistas han hecho circular memes de portada de la novela La Conjura de los Necios. Y uno de ellos, con cargo importante fuera de Ourense, reconoció: "No sé cómo hay alguien en Ourense que les vota".



Al poner la lupa

El comercio, en el casino y disimulando

descuentos black friday

El comercio ha sucumbido a la globalización y se ha metido en el casino. Lo hace con disimulo, como obligado por las circunstancias. Le llaman Black Friday o Ciber Monday porque parece que siempre queda mejor que "guerra de descuentos porque no se vende". Mola más Mid Season que "dopamos las ventas".

El sector trata de convivir en un escenario cruento, en el que ya solo parece que se compra los días de descuento. Si al menos hiciesen cajas esos días como para vivir todo el año merecería la pena. Pero creo que no. El casino tampoco tiene afluencia todos los días.



El portafotos | Ramón Dacosta

Ramón Dacosta, presidente de la Unión Deportiva Ourense.

No se ganan respeto los que tienen el cerebro a la altura de los bíceps. Por sus andanzas se les debe exigir rendir cuentas ante la justicia. Pero, más allá, les debemos conmiseración porque dan mucha pena. Hay gente como Ramón Dacosta, presidente de la Unión Deportiva Ourense (UDO), que cree que los argumentos tienen el tamaño de los nudillos y los ha medido con dos periodistas de Ourense. Es el desahogo del eslabón perdido.

Desconozco cuál es el tamaño de la estantería donde guarda sus libros, qué títulos reposan en sus anaqueles, con qué frecuencia cultiva las potencias del saber, una vez que se ha contrastado su capacidad para lucir su rotundidad física. El idioma, todos, son lo suficientemente ricos como para discrepar usando el lenguaje. El daño suele ser infinitamente mayor que un puñetazo y sus efectos más duraderos, a salvo de que los golpes dejen secuelas físicas.

Le recomiendo, entre otras desavenencias por escrito, que lea las que dejaron en sus textos Góngora y Quevedo. De paso que se desautorizaban, aguzaban el ingenio y dejaban para la historia escritos deliciosos. Con un vulgar puñetazo no se consigue nada, salvo una bravuconada. Las palabras son como un florete de acero frío y fino. Sin el tapón que se usa para la esgrima es letal. 

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