Rutas de val e montaña

Paseo por la orilla izquierda del Miño lucense

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photo_camera Vistoso molino de A Fervenza casi al final de la ruta.
El río de Galicia, el Miño, porque nace y muere en nuestro territorio, en detrimento del Sil, que no nace aquí y sí en León, discurre de cierta mensedumbre desde su nacimiento, por A Terra Chá, por Lugo ciudad hasta que se embravece pasada a Fervenza

Una brumosa mañana de estos comiezos novembrinos íbamos de caminata una docena de andarines de más rendimiento que el que esperar se podría a priori, dados algunos precedentes. Fue un recorrido apacible de llano y alombamientos cuando había que separarse del curso del río por la orografía, eso si dominado en su primera mitad por cierta llovizna que por acá orballo decimos, y sin que siquiera el sol hiciese ni aun amagos de repunte o filtrado a través de la capa nubosa.

Árboles aún frondosos, corredoiras inigualables, bosques de ribera muy espesos, puente y termas romanas, islas forestadas y herbosas, ásares reales y zancudas de tan asustadizas que al menor rumor salen en bandadas las primeras, como gregarias, mientras los cormoranes por decenas secan las alas al poco sol. Esta composición y el paisaje otoñal de muchos colores solo apagados por el gris día fueron un goce único para los previlegiados, que más atentos al entorno que a la conversación que suele trabarse en estas marchas, en detrimento del éxtasis paisajístico. Camino señalizado este paseo por la izquierda de las riberas del Miño, es variadísimo, casi todo bajo el bosque y aunque de una longitud de cuatro leguas no tiene retorno por la ribera opuesta como el ourensano de Oira a Outariz.

La ciudad de Lugo está a una hora de automóvil ya por Monforte, tomando la vía de altas prestaciones  por la tradicional de Ourense-Lugo por Chantada –Taboada. Con solo plantarse donde el Miño discurre, poco antes de la llegada a las Termas romanas y al puente de origen romana o, también,al final del trayecto las que podrían ser también estrellas de este largo paseo donde hay que situar un automóvil en la llegada como A Fervenza, el molino y la casa de turismo rural, y como a dos kilómetros Veiga, lugar de arribada. Realmente todo el paseo es amenísimo y térreo.

Mapa ruta miño lugo


Termas romanas


Situándonos en el río Miño, que discurre más abajo de las murallas romanas de la ciudad, que en tiempos dicha Lucus Augusti; lo de lucus por bosque sagrado dedicado a alguna divinidad prerromana y lo de augusti por título solo reservado en la romanidad a aquellas ciudades de relevancia como lo fueron en la Gallaetia romana Bracara, Asturica y Lucus. El camino muy frondoso, metido entre carballos, abedules, sauces y pinares accedía a un área recreativa amplísima de reciente factura, como todo el paseo hasta 20 km. más allá. 

Algunos con paraguas; los más, sin ellos, al poco nos encontramos a la vera del que fue puente romano, del que solo las cepas; los arcos reconstruidos en el medievo y el asfaltado pavimento, recientemente y peatonalizado. A los pocos metros de pasado, el balneario hotel eregido sobre los restos de la que fueron termas romanas, que se conservan en parte, bajo el subsuelo con el hypocaustum a modo de calefacción en la parte bajo el piso, las aras votivas a una diosa o ninfa por el favor o la curación recibida, los vestuarios, apodyterium; la piscina de agua caliente, caldarium, y una capilla cristiana posterior.

Los balnearios eran a modo de los grandes centros sociales donde desde deporte, masajes, ocio, negocios, todo se podía tratar en ellos. Los había gratuitos,de pago, e incluso privados, que recibían el nombre de balnea; los públicos se llamaban termae. En la pallestra se ejercitaban en la carrera, el pugilato, los juegos de bolos e incluso la pelota, amén de juegos atléticos, incluída la gimnasia. Había también bibliotecas y en su entorno o dentro, tiendas, tabernae, para expender de todo.

Andada menos de una hora, ya en el café, que fue tomado en el hotel balneario bajo el cual se hallan las termas romanas y las modernas del propio hotel; las primeras, visitadas escalonadamente por todo el grupo hasta la partida al cuarto de hora de estancia, para tomarla hacia donde dicen el más hermoso Miño se manifiesta, en sus islas, presas naturales, cascadas.


Islas miñotas


As insuas o illas no solo en el curso inferior del Miño como a Boega entre España y Portugal o a Morraceira, si no que en el curso superior, abundantes y pequeñas, como veremos.

Desde las termas una llovizna hizo que algunos paraguas se abriesen, sobre todo los de damas pendientes de su cabello por aquello que la humedad riza. Accedimos a donde el paseo se estrecha y como si amplio y con extensa área de recreo a la vera de la carretera nacional a Madrid, para a los pocos centenares de metros estrecharse y como si no formase parte de una red restaurada, antes de cierto abandono en tramo de tres centenas de metros; luego se hace más amplio para otra gran área herbosa, llena de aparatos de gimnasia, térreos paseos,un estanque natural lleno de patos que drena en el cercano Miño, y una avenida de sauces llamados por acá salgueiros. Continuando y al poco, parada en una de las carballerias más pobladas donde mesas de madera invitaban al primer refrigerio, a media andadura, el cual fue tomado mas que con solemnidad, con provecho.

Entrábamos en las frondosidades de hermosas corredoiras entre taludes, muros rústicos y bajo un túnel arbóreo, lo que daba prestancia al paseo. Luego de pasada a Insua Mayor, se hubo de transitar por otro puente de madera en tierra firme, con molino a izquierda y el río a derecha, a más de un centenar de pasos. 


Fervenza-muiño-turismo rural


Se oía en lontananza como rumor de caudalosas aguas precipitadas, por lo que se dedujo en vanguardia que a Fervenza próxima y sería que un granjero nos diría que a menos de milla. Alguno en vanguardia venía de echar una copilla en la casa de turismo rural para hacer boca.Unos pocos se fueron a ver la fervenza que realmente es una presa para abastecer a dos molinos de lo que se deduce que las aguas miñotas de tan amansadas aguas arriba, se hacen bravas por aquí.

Lo que se aprovecha para mover las dos ruedas de cada molino, aunque de buena restauración los dos existentes, sin rodicios ni ruedas de moler. El lugar conocido por su casa rural muy ampliada, que ofrece ademas de gastronomía una serie de actividades deportivas desde equitación a bicicleta o pelearse subido a un kayak con las bravías aguas de los rápidos.

Desde aquí en poco más de un par de kilómetros por camino arbolado y luego pista abierta nos plantamos en la carretera a Portomarín en el lugar de Veiga donde dejado un coche para el retorno o pidiendo un taxi.

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