Es la gran ventaja de estas pequeñas urbes, que en menos de diez minutos te plantas en el campo; por ello no hay necesidad de que te plantees una gran salida. Pero lo cierto es que haciendo esas rutas de proximidad se encuentran pocos caminantes y si vas un festivo puedes hallarte a esos residentes del entorno o a esas aldeanas haciendo un vespertino paseo. Ellos estarán echando la partida; por eso en los rurales núcleos, más avispadas ellas, que más raramente se verán afectadas por enfermedades a la vejez asociadas. Seguid jugando la partida, echando unos vasos o dormitando al sol y dejaréis más viudas.
Nos plantaremos en el Pabellón deportivo de Os Remedios para ir por el paseo Barbaña, su parque invadido de ambulantes vendedores a ambas márgenes del río cuando a feriados días corresponda; ganaremos O Polvorín donde debemos tomar los paseos a ambas márgenes del río de Pontón, allí donde confluye con el Barbaña, dirección Vilaescusa donde están situados los híper Lidl y Carrefour. Nosotros continuaremos a la vera del urbanizado o emparedado río, que a partir de aquí vaga por su cauce sin laterales paredes, agradeciendo la umbría que en soleados días proporcionan los caducifolios alisos, sauces, fresnos y abedules que se han abierto paso entre los pétreos taludes en poco más de veintena de años unos y otros en el mismo cauce.
Al paso por Vilaescusa, donde funcionaba un molino para molienda de gentes de A Valenzá y del barrio de A Carballeira y ahora un parque fluvial que se prolonga ase llamado parque de los Patos con pequeña presa en torno del césped y abundancia de ocas, y ánsares reales o alabancos con multitud de palomas. Sin abandonar la margen derecha del río de Pontón y ya por asfalto que, por innecesario, sería hoy paseo agradable para esparcimiento de esa población periférica de S Valenzá que ahora invadida por los coches y sin aceras apropiadas convierte aquello en transitable de cierto peligro.
Pasada el área de instalaciones deportivas, bajo el viaducto de la A-52, tomaremos a izquierda, también por asfaltada pasaremos mas adelante el río de Pontón y ya dejado el asfalto subiremos por térrea y erosionada pista hacia Os Muíños, aldea que intentó rehabilitarse y que cuando algún morador aún había, el último más ilustre el escultor Arturo Baltar, que cuando menos se estacionaba en su casa, se la quemaron.
Os Muíños-Boutureira-Vilanova
Seguiremos frontalmente el camino, que a menos de un centenar de metros, si se tomases un desvío ocasión de ver la cascada más importante del río. Siguiendo, pues de frente entre la frondosidad y la descarnada pista debemos pasar la carretera de Celanova ganando la margen opuesta que alombada va siguiendo la carretera por unos centenares de metros, avistando la aldea de Pontón que atravesaremos con el recuerdo de ese rapaz hijo del molinero al que se lo llevó la gran riada del 45 apareciendo en las inmediaciones de Vilaescusa.
Atravesaremos de nuevo el río y caminaremos por la recién pavimentada pista de sábrego en excelente firme que va por la margen derecha del río en una subida breve y luego ondulada que cuando se presenta en imponente cuesta, debemos coger por la derecha, y atravesar el río de nuevo por poldrado puente y presa para allegarnos a la cima avistando en la margen opuesta un molino muy por encima del cauce, cuando nos desviamos a izquierda que a pocos metros el área de A Boutureira, con molino, tanque de recepción de las canalizadas aguas, alpendre y un hermoso puente de madera que te deja en la ribera opuesta de este parque con bancos bajo la umbría de los alisos, que recientemente semidestruido por los vándalos, que también se cargaron tres jóvenes árboles, panel, bancos y parrilla.
Aquí se encuentran el río de Soutopenedo con el de Parderrubias formando el Pontón, dos Muíños o Barbadás. Tomaremos hacia la salida para conectar con la pista que a derecha te conducirá hasta el comienzo de la ruta da Boutureira a la vera del campo de fútbol del Vilanova y conectando con la carretera de San Cibrao, la primera que iba a Celanova. A derecha caminaremos poco más de un centenar de metros para meternos a izquierda y caminar por asfaltado vial hasta la aldea de Torre donde antes de entrar en su media docena de casas viraremos a izquierda por amena pista, que entre la carballeira y el pinar nos dejará en las proximidades de Vilanova.
A Outeiro Calvo-Pontón
Cuando conectemos con la asfaltada debemos continuar a izquierda para pasar por Vilanova, llamada de Rante, la atravesaremos en dirección oeste para ya por térrea pista dirigirnos a Outeiro Calvo que afamado lugar por el incidente del lobo o perro asilvestrado que mataría a un recién nacido en el campo mientras su abuela atendía faenas agrícolas, caso que, no sé si recuerdo, sería investigado por el mismo naturalista Félix Rodríguez de la Fuente.
Una bajada por pista entre alcornoques nos conecta con otra térrea pista que se precipita hasta el río pasando por una cantera cerrada, arribando a la convergencia de Pontón donde podremos desandar esos 5 ó 6 kilómetros hasta la ciudad.
